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La silla que el papa Francisco utilizará en su visita a Tuxtla Gutiérrez, el próximo 15 de febrero, es labrada con madera de cedro rosado y la devoción del carpintero Manuel Pergentino Sánchez López, un católico con más de 35 años de oficio artesanal, heredado de su extinto padre laudero y constructor de marimbas.
La silla papal es elaborada desde la semana pasada en la vivienda-taller de Manuel Pergentino, en el barrio Caipoquí (balneario del jabalí, en lengua zoque), en donde al sonido del martillo, la gubia y la garlopa se unen las oraciones consagratorias para concluir, el próximo viernes, “la sede” del Vicario de Cristo.
“El encargo de la silla para Su Santidad me representa un altísimo privilegio y gozo en mi fe y práctica católica, que se remonta a más de 45 años, por eso antes de empezar la actividad con mis ayudante elevamos oraciones, al mediodía realizamos el ángelus y cerramos con otra invocación por la tarde, para que esta misión litúrgica concluya bien”, afirma el católico de 62 años de edad.
Manuel Pergentino, es un hombre de trato suave y cordial. De orígenes campesinos y “muy pobres”, el constructor de la silla del papa Francisco asegura que el trabajo encargado por la arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, a través del párroco de la iglesia de San Fernando, el padre Wilfrido, como reconocimiento a su oficio, es “la cima de su éxito” y una oportunidad de servicio religioso para la gloria de “nuestro Padre Dios y su hijo Jesucristo”.
El diseño y los cortes del cedro para el armazón del mueble se realizan de manera excepcional, de acuerdo con las indicaciones de la jerarquía católica, la inspiración devocional y el talento creativo de su constructor.
Entusiasta, el carpintero artesano, esposo de Laura López y padre de seis hijos, detalla las características del mueble donde Mario Bergoglio se sentará cuando comparta su mensaje a la familia en la concentración del estadio zoque de fútbol “Víctor Manuel Reyna”.
“La silla del Papa, es decir, la sede, será de madera fina de cedro rosado: tendrá una altura de metro y medio, de frente va a quedar con 75 centímetros de ancho; la sentadera tendrá 55, de fondo 60, con su descansero de brazos. En el cabezal se le grabará el escudo de El Vaticano, después será barnizada en color natural, para que se disfrute, para que el Papa se sienta dichoso y feliz en su silla”, detalló.
El trabajo de Manuel Pergentino en este municipio, que fue conocido también como "Las Ánimas", ha trascendido a otras partes del país, para cuyas parroquias ha elaborado objetos litúrgicos, como sagrarios, cálices, custodias, relicarios y copones, aunque hoy la silla papa lo sitúa en ámbitos de mayor proyección.
Su dedicada labor en torno al Papa, adquiere para el carpintero de San Fernando, significados excepcionales, porque, asegura, que desde la silla que construye, Francisco lanzará desde Tuxtla Gutiérrez su mensaje de valores a todas las familias del mundo, en el emblemático año de la misericordia.
“La familia es el proyecto de Dios desde la creación del mundo, incluso Dios –Jesucristo– quiso nacer de una familia y sabemos que la familia es un regalo divino. Dios quiere la unidad familiar, que ésta se ame con todos sus derechos y deberes; en medio de tantos crímenes y violencia toca a nosotros, los padres, la familiar educar bien a nuestros hijos”, asienta.
El testimonio de modestia y sencillez de Manuel Pergentino se resume en discretas declaraciones. “Hubo la invitación para que yo estuviera cerca del Papa, en mi calidad de constructor de su silla, pero juzgue conveniente no intervenir ni interrumpir su agenda ni su tiempo. Me doy por bien servido por mi oficio prestado, es una bendición colaborar en su visita”, puntualizó.
msl