Luchadores profesionales aceptaron el reto de enfrentarse en un mano a mano con personas de la tercera edad, que no les dieron ni pidieron tregua, y tampoco desmerecieron en resistencia y actitud guerrera; pero el agarrón de casi dos horas no ocurrió arriba del ring, sino en una pista de baile que funciona dos veces por semana desde hace décadas en la parte baja del Palacio Municipal de esta ciudad.

Tan pronto sonaron los primeros acordes de la “Cumbia de los luchadores” (El Santo, el Cavernario, Blue Demon y El Bulldog), por cuenta de la Banda Municipal de Música de Monterrey, se lanzaron a la pista con sus máscaras y/o vestimentas de chillantes colores, El Mongol Chino, Mágico, Angel Negro, Mini Hator, Mini Bengalí, Alberto Dos Ríos y Tony Boy.

Y aunque los artistas del pancracio tienen años, incluso décadas de experiencia en las llaves, contra llaves, lances, y patadas voladoras, algunas abuelitas los hicieron ver como novatos, con sus ágiles, rítmicos y bien ensayados pasos de baile, además de mostrar una envidiable condición física, que ponen a pruebas cada jueves y domingo.

El enmascarado Mágico, quien participó en varias películas a lado de algunas leyendas de la lucha libre como Mil Máscaras, Tinieblas y Superzán, dijo sin falsa modestia, “creo que las señoras nos dieron una revolcada, nos lanzaron un reto y creo que perdimos, las abuelitas y los abuelitos tienen un espíritu de guerreros increíble, en el baile nos dieron una tunda a todos, son muy ágiles las señoras, y cuando nos tocaba dar la vuelta, parecía como si nos estuvieran aplicando una llave”.

Dijo estar muy contento porque esta era una lucha por la alegría de vivir, y en su caso se llevó la bendición de varias abuelitas con las que convivió, algunas de las cuales además le manifestaron ser aficionadas al deporte del pancracio. Incluso el Angel Negro se mostró sorprendido porque dos mujeres de la tercera edad le externaron que son sus seguidoras en las redes sociales.

afcl

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