El encierro obligado despertó la creatividad y el talento de unos 20 reos en el Centro de Reinserción Social de La Piedad, quienes transformaron la historia del nacimiento de Jesús en una sátira.

Los reclusos quieren ganar el Quinto Concurso Nacional de Pastorelas Penitenciarias, que se realizará en la ciudad de México. Antes, tienen que vencer a los internos de otras seis cárceles del estado.

Se abre el telón en el patio del penal y aparecen Satanás y Lucifer, que con mentiras embaucaron a José, María y el Juancho, con analogías en la figura de algunos políticos, en el afán de que no lleguen a Belén.

En esta pastorela, que rompió con los tradicionales relatos navideños, no se salvaron el director del Cereso, Marco Antonio García ni las reclusas que cortan el cabello, los cocineros o los sicólogos que intentan hacer de los reos hombres y mujeres de bien.

Frente a la puesta en escena todos ríen, aunque hay momentos de reflexión: cuando tocan temas familiares, de hijos y esposas, de libertad y valores universales. A algunos asistentes les tocan fibras sensibles y no logran contener las lágrimas. Su mueca cambia, pero los actores no se inmutan y hacen bailar y cantar al público.

Desde el recluso que purga una condena por delitos contra la salud u homicidio, hasta una mujer que robó para darle de comer a sus hijos, se prepararon en sus tiempos libres para participar en el evento cultural.

Piensan en los 19 mil pesos del premio al equipo ganador, en algún beneficio que se refleje en su condena, pero principalmente en mostrar su lado humano.

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