La sordera no es obstáculo para que Édgar Martín López Pola, de 23 años, sea considerado como el mejor policía operativo virtual en el Centro Estatal de Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C-4 ), donde sus ojos vigilan la capital de Chiapas, para detectar, prevenir y combatir actos delictivos.
“La seguridad pública es una de las primeras condiciones para la buena convivencia y la armonía social; sin la tranquilidad no hay oportunidades de trabajo ni estudios para el progreso individual y colectivo”, afirma el joven, cuyo deseo de superación y colaboración lo impulsó, hace un año y cuatro meses, a integrarse al C-4 de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SS y PC).
Frente a los monitores de las múltiples cámaras que vigilan el centro y diferentes zonas estratégicas de Tuxtla Gutiérrez, Édgar se transforma en el policía virtual y “ejecutor de delitos”, cuyos reportes y denuncias se coordinan con diferentes corporaciones policíacas de seguridad.
Su mirada persistente rastrea para detectar, prevenir y perseguir acciones delictivas que lesionan el tejido ciudadano.
“Me gusta el sentido de la seguridad, de la justicia y la igualdad, por ello decidí por este trabajo, pero, asimismo, en la primera oportunidad ingresaré a la universidad para estudiar la carrera de derecho”, asegura.
Edgar vive con su madre y tres hermanos en la colonia popular Linda Vista Shanká, de donde cada día sale para realizar su trabajo con esmero, dedicación y vocación de servicio, en las instalaciones del C-4 de la colonia Las Águilas.
El joven policía operativo virtual es parte de una plantilla de 19 personas discapacitadas, 13 hombres y seis mujeres, que trabajan en diferentes áreas operativas y administrativas de la SS y PC, a convocatoria abierta y permanente de esa dependencia del gobierno estatal.
Jhony Fredman Aguilar Marín, quien nació sordo, y al igual que Édgar se comunica mediante lengua de señas, labora como auxiliar en el cuerpo arbitral del área de promoción deportiva de la SS y PC.
Comenta que su preocupación por la salud y el bienestar de la comunidad de personas con sordera lo motivó a estudiar la carrera de educación física en una universidad privada, en donde padeció alguna expresión discriminatoria, pero “demostré que no pretendía callar bocas, sino conseguir mi objetivo de manera diferente”.
A sus 26 años, Aguilar Marín es un convencido que las carencias se superan y alcanzan las metas con esfuerzo y perseverancia. El siguiente plan es acudir, lo mismo a escuelas de educación especial y ordinaria, para enseñar que la discapacidad puede verse y vivirse “desde otro punto de vista”.
En la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana trabaja también Karla Guadalupe Pinacho López. Desde hace año y diez meses se desempeña como auxiliar en la oficina de soporte técnico, en actividades de registro y control de los activos informáticos de la dependencia de seguridad.
Dice que ingresó a la plaza laboral en calidad de “empírica”, con estudios de preparatoria, los cuales a partir del próximo año, buscará respaldar con su ingreso a la universidad para estudiar la licenciatura en informática.
“Mi anhelo de estudiar es por mi profesionalismo y ser más plena en mi quehacer; tengo también la ilusión de estudiar una maestría en sicología”, manifiesta Karla Guadalupe, quien padece discapacidad en una de sus piernas.
Un accidente dejó discapacitado de una mano y el pie derecho al sicólogo Ariel Zuarth Ruiz; sin embargo, su nueva condición no impide que desde hace algún tiempo funja como coordinador de capacitación y control de estadísticas de víctimas en la SS y PC.
Los 19 trabajadores discapacitados de la dependencia estatal de seguridad padecieron la experiencia común de la discriminación laboral, al pretender conseguir una fuente de ingreso, tanto en instituciones públicas como en empresas privadas.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que mantiene vigente la convocatoria para contratar a personas con discapacidad, las cuales como el resto de los empleados se sujetan a requisitos y exámenes normativas y asumen iguales derechos laborales.
afcl