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En lo que va de este año, más de 10 mil cubanos arribaron a México en su viaje hacia Estados Unidos. El flujo migratorio sin precedentes, que incluso mantenía saturadas las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), se detuvo el domingo, principalmente por la postura de Nicaragua de cerrarles el paso; cerca de tres mil cubanos permanecen varados en Costa Rica.

Los grupos más numerosos llegaron entre septiembre y noviembre, comentan funcionarios del INM en Tapachula, que es donde los extranjeros solicitan el documento que los protege para recorrer libremente el territorio mexicano por 30 días.

El oficio de salida, como se le conoce al salvoconducto que entrega el INM a los cubanos, que hasta mediados del año tardaba 20 días, provocó amotinamientos y protestas, por lo que ahora el trámite burocrático es de 48 horas.

Desde septiembre, durante las madrugadas, camionetas con hasta 50 cubanos llegaban al pueblo de Tecún Umán, en Guatemala, para acercarse a Cruce Coyote y a Palenque, en el río Suchiate, donde tomaban la balsa que los pasaría a territorio mexicano.

Hasta la semana pasada, por el río Suchiate ingresaban diariamente grupos de entre 100 y 400 cubanos para solicitar al INM un salvoconducto.

Todavía el pasado viernes unos 80 cubanos consiguieron llegar a territorio mexicano y el sábado lo hizo una treintena, aseguran los balseros encargados de transportar gente y mercancía entre Guatemala y México.

“El flujo se contuvo abruptamente, al grado de que desde el domingo no ha pasado un solo cubano por aquí”, aseguran los balseros.

La travesía.— En Centroamérica, el movimiento de los cubanos es coordinado por hombres anónimos, con la encomienda de pagar a los lancheros y choferes del transporte público que cubren la ruta Ciudad Hidalgo- Tapachula, Chiapas.

Cuando la Urvan en la que viajan los cubanos toma la carretera 200, Ciudad Hidalgo (Chiapas)-Tepic (Nayarit), ya nadie la puede detener. El recorrido termina en las puertas de la Estación Migratoria Siglo XXI, de Tapachula, donde los isleños son acogidos hasta recibir el salvoconducto.

Así llegaron la madrugada del viernes Luis “N” y su esposa, quienes lamentan que casi tres mil de sus compatriotas permanezcan varados en Costa Rica.

Comentan que ellos estaban en uno de los últimos grupos que consiguió traspasar Nicaragua, luego de que el pasado 15 de noviembre el presidente de aquel país, Daniel Ortega, enviara al ejército hacia la frontera con Costa Rica para contener y expulsar a balazos a los migrantes isleños.

Desde entonces, tres mil cubanos están varados en el paso fronterizo de Peñas Blancas, Costa Rica, país que les ha ofrecido visa humanitaria.

Los balseros, comerciantes y dueños de fondas calculan que cada cubano que alcanza a llegar al río Suchiate ha gastado hasta seis mil dólares, que van desde el pago del vuelo de dos mil 632 kilómetros, de la isla a Ecuador, país que no exige visa, hasta los gastos que se requieren para el trayecto terrestre que va por Colombia-Centroamérica-frontera con México.

“Los cubanos visten bien, a diferencia de los centroamericanos, que vienen con ropa y zapatos en mal estado; muchos traen teléfonos muy caros”, dice un comerciante.

Enojo de centroamericanos. Efraín Antonio Hernández, de 22 años, platica que hace un mes dejó La Habana y viajó a Ecuador, de ahí se trasladó a Panamá, a Costa Rica, y sin problema llegó a Nicaragua para proseguir a Honduras, El Salvador, Guatemala y la frontera sur de México.

“Trabajaba de manera independiente en la isla, pero quiero llegar a Estados Unidos porque es un país muy honorable ahorita”, dice.

“El hambre y la pobreza” en Cuba, asegura, lo obligaron a abandonar su país, y 30 días después de despedirse de sus familiares aún le falta recorrer tres mil kilómetros para llegar a Estados Unidos, donde apelará al beneficio de “pies secos, pies mojados”, que concede la residencia a quienes pisan suelo estadounidense, pero no a quienes llegan por mar después de recorrer 366 kilómetros de distancia.

Efraín Antonio comenta que hace un par de meses se plantó en el Departamento de Inmigración y Extranjería de La Habana para a solicitar que le autorizaran salir de la isla y lo consiguió el martes 20 de octubre.

Datos del INM indican que hasta el 18 de noviembre pasado, 10 mil 673 cubanos han ingresado a territorio mexicano, y durante la crisis entregó tres mil 314 oficios de salida. En 2014 sólo fueron mil 871 los isleños que llegaron al país.

La chef Maibely Fernández, originaria de Matanzas, Cuba, está a dos pasos de ingresar a las oficinas del INM, pero asegura que quiere llegar a Estados Unidos para reencontrarse con sus familiares asentados en Miami.

Es reacia a hablar de la situación política y económica de su país. “No quiero hablar de política”, dice.

La llegada masiva de cubanos a México, en el último bimestre, relegó a un segundo término a los centroamericanos asentados en Chiapas que buscan regularizar su estancia, acusa Nora Rodríguez.

La vocera de la comunidad centroamericana detalla que los trámites en el INM se realizan de las 03:00 a las 12:30 horas, pero los centroamericanos pueden estar todo el día y “nunca son atendidos”, porque los agentes “están muy ocupados” con los isleños.

La activista lamenta que por esta decisión los centroamericanos vayan a perder su empleo por “tantas ausencias en el trabajo”.

Rodríguez pide que el programa de regularización prosiga de manera normal y que sin privilegios los funcionarios del Instituto Nacional de Migración atiendan “tanto a cubanos como a los centroamericanos, porque todos tenemos los mismos derechos”.

Funcionarios de Migración aseguran que están listos para una inminente llegada de casi tres mil cubanos a la frontera sur, en cuanto puedan sortear el cerco migratorio que les ha tendido el gobierno de Nicaragua.

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