Ciudad Juárez

Miriam Delgado tiene 36 años, es madre soltera de dos adolescentes que estudian la preparatoria. Desde hace cinco años y medio trabaja en una maquiladora de Lexmark, en Ciudad Juárez, empaquetando cartuchos de tinta para su venta. Su sueldo es de 87 pesos diarios, sin contar las horas extras. Su turno comienza a las tres y media de la tarde y termina a la media noche; cuando cubre horas extras sale hasta las seis de la mañana, y su sueldo se incrementa hasta 275 pesos por las 15 horas de trabajo.

Hace tres semanas se mantiene en plantón junto a 74 compañeros de trabajo. Dice que están inconformes porque este año les quisieron condicionar un aumento de sueldo, para que renunciaran a su antigüedad y al pago de algunas horas extras.

El movimiento al que pertenece es uno de los tres que existen en distintas maquilas de esta ciudad fronteriza; hay unos 500 obreros en plantón en la empresa Foxconn, y otros 170 en ADC Commscope, quienes buscan la consolidación de un sindicato independiente que pueda representarlos.

A ella y a sus compañeros de protesta les han puesto vigilancia especial en Lexmark. Dice que quienes se mantienen en plantón trabajan en un lugar aislado, que tienen prohibido platicar con otros compañeros y que si tienen que ir al baño un vigilante los acompaña. Muchos terminan siendo despedidos.

Susana Prieto Barraza es la abogada que representa a gran parte de los cientos de trabajadores que protestan en distintas empresas. “Nunca se ha permitido la formación de ningún sindicato independiente en Ciudad Juárez. Sólo a la CROC a la CTM les permiten”, dice.

Asegura que las condición de los trabajadores en Juárez será difícil de cambiar, mientras las empresas no sean presionadas a ofrecer mejores condiciones económicas.

Joaquín Barrios, presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje local, asegura que de cumplir con todos los requisitos, ellos avalarán la conformación de los sindicatos independientes. Hasta el momento se reconocen tres solicitudes que tendrán respuesta cuando se cumpla su periodo de 60 días.

Dice que en esta ciudad hay entre 400 y 450 demandas laborales, pero la mayoría son del sector de servicios y no de las maquilas. Además, han hecho revisiones sobre los supuestos abusos en varias plantas.

“Hoy en día es muy raro encontrar a un trabajador que no conozca sus derechos —dice—, en muchos casos, encontramos que son los mandos medios de las empresas los que no cumplen la ley”.

También explica que han visitado con representantes del gobierno estatal varios plantones, y que están al pendiente de la situación de todos los obreros demandantes. Y advierte que han detectado que varios abogados utilizan a los obreros para pedir su liquidación y sacar beneficio del juicio.

Señala que algunas veces las demandas ni siquiera son presentadas a la autoridad y son sólo mediáticas. Agrega que los plantones, incluso, se han convertido en una forma para presionar a las empresas.

Susana Prieto  piensa que estos argumentos son una estrategia para criminalizar a los litigantes que defienden a los obreros.

Modelo poco competitivo para obreros

Los tianguis laborales son pequeñas carpas improvisadas en banquetas, donde los reclutadores pelean por captar el mayor número de obreros. Para el precursor de la industria de la maquila, el ex edil y empresario Jaime Bermúdez,  es uno de los principales síntomas de lo que pasa en Ciudad Juárez: “nos falta gente”,  dice.

Hay 15 mil vacantes, que en esta ciudad fronteriza se ofrecen a todos los interesados. Muchas empresas también dan bonos de contratación a nuevos empleados, que pueden variar entre 2 mil y hasta 6 mil pesos.

Según la abogada Susana Prieto, esta es una táctica para mantener a los obreros con sueldos bajos, en lugar de darles un incremento definitivo, pues sólo les dan compensaciones que duran unos meses.

El salario mínimo que se permite en la zona de Chihuahua es de 70 pesos. Ofrecer sueldos un poco por encima de lo mínimo, como en el caso de Miriam, está dentro de los márgenes de la ley laboral en la entidad.

Por eso, los empleados cambian de empresa cada cierto tiempo, y pierden la oportunidad de generar antigüedad a cambio de los bonos por contratación: el pasado agosto la rotación de personal alcanzó los niveles más altos en la historia de la ciudad, llegó casi a 7%,  según el departamento de estadística de Index Juárez.

Este 2015 la maquila cumple 50 años como modelo de la industria  en  Ciudad Juárez y en el resto de México. Bermúdez fue uno de los empresarios que se benefició con el Programa Nacional Fronterizo, que apoyó la conformación de las maquilas.  Actualmente hay unas 350 empresas maquiladoras, que le dan trabajo a más de 300 mil empleados.

Según el Indicador Económico del Norte, elaborado por el  Hunt Institute de la Universidad de Texas, esta es la zona  fronteriza en México que genera más empleos. Se estima que en 2014 se tenía un promedio de 523 empleados por cada fábrica, otras ciudades tenían de 287 a 378.

Sin embargo, este mismo informe advierte  que los salarios juarenses  son los más bajos de la frontera: un trabajador de la maquila  aquí  gana alrededor de 422 dólares mensuales, unos mil 700 pesos a la semana menos impuestos, según el indicador sólo en Ciudad Acuña, Coahuila, se les paga menos.

Jaime Bermúdez lo admite: “es cierto que a la gente le debemos pagar más. Creo que no estamos haciendo lo que debíamos hacer”, y justifica los precarios salarios con la imposibilidad de competir a nivel mundial.

Las maquiladoras de Ciudad Juárez importan hasta 95% de los insumos que utilizan. El empresario de 92 años reconoce que el modelo de las maquilas en México no es lo suficientemente competitivo para pagarle más a sus obreros.

Mejor tener poco a no tener nada

Delfino Hernández tiene 30 años y acaba de llegar de Oaxaca, alentado por su esposa. Dice que ya había intentado conseguir trabajo en esta ciudad en 2008, pero en aquel entonces no se tenían las miles de vacantes que ahora hay. “Veo que hay muchas oportunidades laborales, en donde uno puede, aspirar a más”, dice mientras recorre las ofertas de trabajo del tianguis.

“Es muy difícil que una familia sobreviva con un sueldo de mil 200 pesos”, reconoce el alcalde Enrique Serrano, “pero es más difícil que sobreviva sin nada. No tienen nada. Si se está empleando por ese sueldo quiere decir que su estatus anterior es de mucho menor nivel económico”, dice.

Señala que para remediar el problema de sueldos bajos, buscan atraer a empresas con procesos de producción más sofisticados. “No todos los obreros están mal pagados. Los procesos sencillos son los que tienen problema”.

El último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2012 registró que Ciudad Juárez tenía alrededor de un millón 332 mil habitantes.

El alcalde considera que el proceso de recuperación es tangible en el número de personas que llegan a trabajar y vivir, la administración anterior reconoció que los estragos de la violencia desplazaron a por lo menos 20 mil personas hacía El Paso, Texas.

Señala que tomará años que la ciudad se recupere de la imagen violenta, pero asegura que el crecimiento que han tenido los últimos dos años son síntoma de éxito. “La medida del crecimiento es en función de las casas abandonadas. Tenemos cerca de 80 mil viviendas abandonadas. Nosotros como municipio hemos puesto ese tope para el crecimiento”.

Comenta que ya no permitirán que las maquiladoras de procesos sencillos se asienten en Ciudad Juárez y también afirma que las maquilas deberán capacitar a sus empleados, para promover un mejor pago.

Y mientras se generan mejor ofertas de trabajo, los obreros que empaquetan cartuchos, como Miriam Delgado, tendrán que esperar a ser los primeros en la historia a quienes se les permita formar un sindicato independiente en esta ciudad y exigir el respeto a sus derechos.

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