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Desde hace una década, don Aurelio Sandoval Cena, un débil visual, se dedica a ofrecer masajes antiestrés en la Plaza Zaragoza, una terapia milenaria convertida en arte, que ayuda a las personas a evitar problemas de cáncer y otras enfermedades, asegura.
Aurelio, originario de Galeana, Nuevo León, llega a su lugar de trabajo, en el centro de la ciudad, a las 10:00 horas, acomoda una silla japonesa y ya varios clientes lo esperan para recibir un delicioso y relajante masaje.
“Estas son unas terapias que les llaman antiestrés, que tienen hasta el día de hoy 14 mil tres años de aplicarse, son de origen taiwanés. Se han ido pasando de generación en generación y en muchos países”.
Relató que esto “empezó con una colchoneta en el piso, los reyes, los ministros, los faraones, de años atrás tenían en sus palacios sus propios masajistas para que los atendieran”.
Mencionó que con el masaje se hace una liberación, sobre una silla japonesa, la cual fue diseñada en la década de los 80 por un empresario estadounidense, con la que facilitaba masajes a sus empleados, como una especie de prestación laboral.
“El masaje que más damos es el de espalda, que se le llama antiestrés”.
Con el masaje, destacó, se libera el flujo sanguíneo, el cuerpo agarra oxígeno, se siente mejor, se evitan dolores de cabeza, migraña, hipertensión, dolores musculares y se activan diversos órganos.
Y tomándolo con frecuencia, expresó, ayuda a que nos sea muy prematuro lo que es la enfermedad de Alzheimer, mal de Parkinson, descontrol del sistema nervioso y descontrol del metabolismo, entre otros.
El experto advirtió que “si no hay agua, no hay sangre, si no hay sangre no hay oxígeno, y si no hay oxígeno no hay vida, se mueren las células, aparecen los cánceres, enfermedades crónicas”.
Resaltó que “con el masaje ayudamos a liberar las células, las absorbe el hígado y con el excremento y la orina van saliendo del cuerpo, porque de otra manera se va haciendo una especie de basurero en nuestro cuerpo”.
Quienes acuden a solicitar masajes son, por igual, mujeres y hombres de entre 30 a 50 años de edad, porque dicen sentirse estresadas por sus ocupaciones y asuntos familiares, dijo don Aurelio.
“Ahorita es la enfermedad del siglo, el estrés, por eso cada día son más las personas que nos visitan aquí en la plaza, todos los días” comentó.
Relató que en un día tranquilo se brinda atención a unas siete personas, pero el fin de semana se triplica la demanda. El costo de un masaje es de 50 pesos y se trabaja espalda, brazos, trapecio, omóplatos, cervicales, cuello y cabeza.
Con información de Notimex