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estados@eluniversal.com.mx
Carrizalillo es una comunidad de no más de mil habitantes cuya tragedia es el oro. En una de las casas de la calle del terror, que en realidad se llama Eduardo Neri, hay una Biblia abierta entre el polvo y recuerdos de fiesta. El libro de una pasta negra y gruesa está abierto en el salmo 142 que reza: “No nos dejes caer en la tentación”. El salmo, más que una súplica parece una advertencia: “140 (139): Líbrame, Señor, del hombre malvado, defiéndeme de la gente violenta”.
Sin más, esas dos citas que permanecen ahí probablemente desde antes de que integrantes de Guerreros Unidos los corrieran de sus casas, definen a Carrizalillo, ese pueblo que le vendió “su alma al diablo” desde que aceptaron la explotación minera de Gold Corp, una de las empresas más importantes del mundo.
Por un lado, sufren los estragos de la delincuencia organizada: narcotráfico, la batalla entre Guerreros Unidos y Los Rojos, cobro de piso, familias levantadas, asesinadas y desplazadas. Y por otro, las consecuencias de tener un mina en casa: enfermedades cutáneas, embarazos prematuros, contaminación. En todo eso se ha convertido Carrizalillo en 10 años.
El proyecto minero Los Filos-El Bermejal, que es uno de los más prolíficos de América Latina, se extiende sobre mil 406 hectáreas de ejido con tajos a cielo abierto en el municipio de Eduardo Neri (Zumpango). De ellas, 83% son excavadas. Del lado izquierdo hacia Carrizalillo está la primera; la segunda se iza a la derecha. Se observa el patio de lixiviados y retroexcavadoras que van y vienen sin parar.
Los males de la minera. Hoy es un día soleado. Por la alta concentración de metales pesados como el aluminio y el plomo es difícil respirar en este pueblo que está dentro del cinturón dorado junto con Cocula, en la zona norte y Arcelia en la Tierra Caliente. Hay poca gente en sus casas, los jóvenes pasean en cuatrimotos y toman cerveza de caguama y algunos niños juegan en las calles.
Había organizaciones no gubernamentales que llegaron cuando iniciaron los trabajos de exploración en Carrizalillo en 1997, pero se fueron en agosto de 2014 por las presiones de la delincuencia organizada.
Además de la concentración de metales en el agua y en la tierra, una muestra de mil habitantes reveló, según el comisario municipal, Nelson Figueroa, que 18% presenta problemas de oídos; 27%, intestinales; 30%, problemas capilares; 39% sufre agotamiento y somnolencia; 45%, males de garganta; 57%, afecciones respiratorias.
De 2012 a esa fecha se registraron 17 partos prematuros, 68% de los niños que nacen antes de tiempo han fallecido; hay casos de malformaciones, 66% de personas padece enfermedades cutáneas y de los ojos.
En Carrizalillo 260 familias gastan 27 millones de pesos anuales en atender sus padecimientos, a ello se suma, según la organización, que hay gente que por la violencia desapareció desde hace dos años y no se puede denunciar por la misma situación.
Tan sólo en los últimos años, 68 personas han sido asesinadas por pugnas entre grupos de la delincuencia. La gente menciona que se trata de Rojos contra Guerreros Unidos.
A la fecha, más de 300 familias iniciaron la lucha para que los terrenos que rentan a Gold Corp redituaran beneficios a la comunidad. Entre lo que lograron está el pago de 3.5 onzas de oro al año, que se traduce en 800 mil pesos por cada ejidatario; son 179, de los cuales 10 han sido asesinados.
Sin embargo, la minera sigue sin reportar a la comunidad cuánto explota de plata, zinc y cobre, sólo dice del oro. Iniciaron con poco más de 200 mil onzas por año en 2007 y en 2013 cerraron su producción con 332 mil onzas hasta 2013, con ganancias de hasta 6 mil millones de pesos al año.
Sangre en Carrizalillo. El 28 de octubre pasado nueve policías fueron retenidos junto con un presunto integrante de Guerreros Unidos, Modesto Peña, hermano de Onofre Peña, líder de ese grupo criminal muerto en octubre y en cuya casa en la calle del terror hay un túnel que conduce hacia la salida del pueblo.
Modesto indicó entonces que hay fosas clandestinas en Carrizalillo, a tan sólo una hora de Iguala, donde se han encontrado 105 cuerpos. A la fecha la Procuraduría General de la República (PGR) ha ubicado cuatro con siete cuerpos; incluso hubo relatos de que allí se escondió la pareja imperial compuesta por el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles, acusados de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La casa tiene vestigios como las otras 15 inhabitadas desde octubre de 2014, donde se observa en calendarios de Gold Corp frases irónicas de la misma empresa como: “Nuestros valores en seguridad”.
La señora de la tienda que está cerca del pueblo se limita a confesar que familias han ido y regresado al pueblo, pero otras de plano no volverán. No se habla de la lucha entre Rojos y Guerreros Unidos de manera abierta, pero el reforzamiento de puertas en cuyas paredes hay balazos, en varias partes del pueblo se nota el miedo.
Tan sólo en marzo de 2015 mataron a quemarropa a cuatro personas, mientras dormían en pleno centro del pueblo, a un lado de las canchas techadas, cuyo territorio es un terreno contrario a Guerreros Unidos.
Pocos viven tranquilos ya porque el destino los está alcanzando. Hasta donde se sabe, sólo uno de los directivos de la transnacional ha sido tocado por el narco, lo que hace suponer a los pobladores que la minera también paga cuotas.
El crimen se lleva entre 130 y 150 millones de pesos anuales, de acuerdo con cálculos de la comunidad, por las cuotas que cobra el narcotráfico a los mineros y ejidatarios. “Buen viaje les desea el Ejido de Carrizalillo”, dice a la salida un anuncio que dos zopilotes sobrevuelan.