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Monterrey.— A lomos de su caballo Tornado, y a la cabeza de una cabalgata en la que participaron más de 700 jinetes, Jaime Rodríguez Calderón inició públicamente su primer día como gobernador de Nuevo León, con la idea de “llevar a todo el país la bandera de la independencia”, para demostrar que un gobierno ciudadano puede hacer mejor las cosas que los emanados de un partido.
Desde el puente del Papa en las inmediaciones del Palacio Municipal de Monterrey, el contingente avanzó por el lecho del río Santa Catarina y luego recorrió el área que sirvió como pista de autos de carreras en el interior del parque Fundidora hasta culminar frente a la Arena Monterrey.
En la cabalgata de Rodríguez Calderón participaron el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval; el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro; el sacerdote Alejandro Solalinde; el fundador de los autodefensas de Michoacán, Hipólito Mora; el diputado de Movimiento Ciudadano, Gustavo Cárdenas, y la diputada local independiente (ex panista) Karina Barrón.
Los finos caballos avanzaban cadenciosos en el parque Fundidora, ante la admiración de cientos de nuevoleoneses que respondían al saludo que Bronco les enviaba desde su corcel.
Sobre el escenario de la Arena Monterrey, y en discurso de una hora, Jaime Rodríguez le quiso “tantear el agua a los camotes” al abordar el tema de la tenencia, impuesto que en campaña prometió eliminar, pero ahora deslizó: “Si nos tienen confianza, ustedes decidirán si nos van a pagar o no”.
Sin más lanzó la pregunta: —¿Cuántos de aquí han pagado la tenencia?
—No tenemos carro —gritó un asistente desde una de las butacas.
—No seas mentiroso —espetó El Bronco, en tono de broma—, el director del Instituto de Control Vehicular me dijo que 60% no ha pagado.
Luego explicó en rueda de prensa que el tema se debe analizar muy bien, porque dejar de cobrar el impuesto implicaría no contar con más de 3 mil millones de pesos, indispensables en un caso de desastre financiero como recibió a Nuevo León, con una deuda de casi 100 mil millones de pesos.
Más tarde, El Bronco tuvo un desliz cuando preguntó a la gente si quería que se vistiera como gobernador, y ante el colectivo “no”, prosiguió el juego:
“¿Cómo se visten los gobernadores?”, y cuando la concurrencia estaba a punto de responder, El Bronco reaccionó apenado, y dos veces ofreció perdón a los 15 mandatarios que lo acompañaron como invitados especiales, a quienes iba a hacer objeto del escarnio que tanto le ayudó en campaña al arremeter contra la clase política.
A los casi 12 mil asistentes, que no igualaron en número ni en emoción a los que lo acompañaron en su cierre de campaña, les pidió ponerse de pie y brindar un aplauso a la clase política, diputados federales y locales, senadores y alcaldes, para que se comprometieran con Nuevo León, y a éstos solicitó que no lo dejen solo.
Ayer mismo El Bronco oficializó a parte de su gabinete. Al frente de la Secretaría de Desarrollo Económico estará Fernando Turner; en la Contraloría, Nora Elia Cantú; en Educación, Estela Gutiérrez, y en Desarrollo Social, Luz Natalia Berrúm.
De Obras Públicas se encargará Humberto Torres; de Desarrollo Urbano, Roberto Montellanos; como jefe de la Oficina de la Gubernatura, Miguel Treviño. El titular del DIF, Eduardo Santos; en Conciliación y Arbitraje, Ismael Rodríguez; en Metrorrey, Jorge Arrambide; en Agua y Drenaje, Enrique Torres, y en Fomerrey, Adalberto Núñez.
