Más Información
Senado destaca aprobación de 16 reformas constitucionales; entre ellas al Poder Judicial y Guardia Nacional
Trump y sus amenazas a México, ¿puede injerir en asuntos políticos del país?; esto dice la Constitución
De Mexicali a Buckingham; estudiantes mexicanos participarán en desfile internacional "London’s New Year’s Day Parade”
Sheinbaum supervisa avance del Trolebús Chalco-Santa Martha; se reúne con Delfina Gómez y Clara Brugada
Reinserta lanza campaña “Los otros Santas”; busca concientizar sobre el reclutamiento infantil por la delincuencia organizada.
Ajalpan.— Tres horas antes de que los hermanos José Abraham y Rey David fueran golpeados y quemados por pobladores que los acusaron de ser secuestradores, en la calle Calixto Barbosa de la colonia Barrio Cojulco comenzó el rumor de que se querían robar a una niña.
A las 17:30 horas los jóvenes llegaron a un callejón casi en la esquina con la calle de Guerrero para levantar una encuesta sobre la alimentación de niños de entre nueve y 13 años.
Al ingresar a la calle cerrada, los hermanos se identificaron como empleados de una empresa privada dedicada a obtener datos sobre la nutrición de niños basada en el consumo de tortilla.
Ahí fueron recibidos por un vecino, quien les negó la información y les pidió que salieran del lugar.
No hicieron caso y continuaron su paso por la calle Guerrero, levantando encuestas, en una población dedicada a la maquila y al campo, hasta después de las 18:00 horas, cuando el rumor ya era incontenible.
Cuando los hermanos salieron del callejón, uno de sus habitantes alertó a los vecinos de que dos personas trataron de secuestrar a una menor que jugaba con su hermana.
El temor se apoderó de los vecinos y se esparció por todo el pueblo. En minutos, más de 50 personas se congregaron entre las calles Calixto Barbosa y Guerrero, para denunciar que los “secuestradores” estaban metros adelante.
José Abraham y Rey David continuaron preguntando sobre la alimentación de los menores, ignorando el acecho que inició en su contra minutos antes.
Al seguir sobre la calle Guerrero, fueron detenidos por un grupo de habitantes, entre las calles Antonino Ruanava y Fráncisco I. Madero, acusándolos de intentar privar de la libertad a una menor.
Los prejuicios y sentencias en contra de los dos hermanos no cesaban. Se identificaron como empleados de una empresa privada, explicaron que eran encuestadores, que se hospedaban en El Hotelito, y que su supervisor se encontraba en el municipio de Tehuacán, e incluso contactaron con él vía telefónica.
Los pobladores no aceptaron las explicaciones y pidieron la presencia de las autoridades, por lo que a las 18:00 horas llegaron al lugar policías municipales, que por algunos minutos contuvieron a la turba, pero después aceptaron que se llevaran a los dos hermanos a la comandancia para corroborar su identidad.
A las 19:00 horas fueron trasladados a la comandancia al que los acompañó un grupo de inconformes.
Mientras esperaban respuesta, comenzaron a difundir mensajes en las redes sociales de que dos secuestradores estaban detenidos. El rumor creció y ya no pudo ser contenido; comenzó a sonar la campana de la iglesia y estallaron cohetes en la explanada del palacio municipal.
A las 19:30, autoridades del ayuntamiento cotejaron la identidad de los dos hermanos e informaron a los pobladores, quienes no aceptaron la explicación de las autoridades y comenzaron a romper vidrios a un costado del inmueble. El objetivo era sacarlos y hacer justicia por su mano.
Cerca de las 20:00 horas las autoridades se replegaron al verse rebasados por una turba que se desbordó en la explanada y kiosco, que incluso causó destrozos al palacio de gobierno y a algunos vehículos.
Después de golpear a los encuestadores, los pobladores decidieron quemarlos frente al balcón donde despacha el alcalde de Ajalpan.
El caos fue controlado por las autoridades cerca de la media noche. El rumor nunca fue contenido.