Tuxtla Gutiérrez.— Atados a unas cuerdas, suspendidos a mil metros de altura, un grupo de expertos en espeleología realiza el rescate del Árbol de Navidad que se ha formado durante varios años por la caída de agua en las paredes del Cañón del Sumidero hacia el río Grijalva.
El director del Centro de Estudios Kársticos La Venta, Tullio Bernabei, explicó que los especialistas de Italia, México y España desarrollan estudios ante la escasez de agua que se presenta en las cuevas.
Los espeleólogos, detalló el director en conferencia de prensa, trabajarán con el objetivo de hallar los puntos donde se pierde el agua, y para ello se aplicarán colorantes con la finalidad de ver el recorrido y detectar los sitios que pueden estar tapados.
Asimismo, Tullio Bernabei precisó que los trabajos, con una inversión de dos millones 300 mil pesos, consisten en la construcción de un modelo subterráneo de agua que permitirá que el Árbol de Navidad y el ecosistema en el Cañón del Sumidero tengan agua casi todo el año.
Reconoció que el proceso es complejo debido a la altura, por los tapones que se localizan en las cuevas subterráneas que tendrán mantenimiento y monitoreo de los parámetros físicos y químicos del agua.
Por otra parte, el director también señaló que la vegetación de la pared es la que forma el Arbol de Navidad, y aunque el agua sea poca, alimenta a toda la estructura.
El Árbol de Navidad mide aproximadamente 750 metros de altura, es una formación natural que se asemeja a un oyamel que sobresale en relieve de la pared del Cañón del Sumidero.
La cascada que emana de ella, de 250 metros de altura, es una formación geológica conformada de rocas calizas a través de las cuales el agua se filtra formando una especie de tuberías que generan la caída de agua.
Acompañado del secretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, Tullio Bernabei comentó que se han encontrado nuevas grietas que no se conocían, tres cuevas sin explorar.
Aclaró que la investigación biológica se realizará de manera posterior a la restauración ecológica, pues “el reto es volver a ver frondoso el Árbol de Navidad en las paredes del cañón”.
Detalló que la primera parte del trabajo de los espeleólogos consistió en el desazolve de los ríos subterráneos: retirar materia orgánica, piedras y diques que se habían formado por el lodo.
Hoy, abundó, la restauración se encuentra en una segunda etapa, se trata del rescate integral de una de las bellezas naturales emblemáticas de Chiapas y símbolo emblemático del Parque Nacional Cañón del Sumidero.
“Actualmente no se sabe si el agua subterránea circula rápido o lento, pero nosotros tenemos que alimentar la cascada. Hay que cuidar el Árbol de Navidad; es la imagen del Cañón del Sumidero más fotografiada por los visitantes”, resaltó.
Al año llegan aproximadamente 700 mil turistas que realizan el recorrido en lancha a partir del embarcadero de Chiapa de Corzo hacia el embalse de la presa Chicoasen o Manuel Moreno Torres.