El Grupo Técnico-Científico (GTC), que asesora al gobierno mexicano para encontrar las causas y soluciones al recale masivo de sargazo en las costas de Quintana Roo, descartó el uso de barreras de contención similares a las usadas para controlar derrames de petróleo en el mar, anunció la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR).

“El GTC e investigadores locales en Cancún, analizaron que no era recomendable recolectar el sargazo mar adentro, empleando buques y barreras de contención”, expresó el director de Oceanografía de la SEMAR, Ricardo Eliseo Valdés Cerda, al presentar los primeros avances del trabajo hecho por el equipo de especialistas e instituciones involucradas en el tema.

Otro de los acuerdos del GTC, en una reunión extraordinaria sostenida el primero de septiembre pasado, fue que la contención y recolección en el mar con embarcaciones y barreras “no era viable en el corto plazo; tampoco se recomendó la contratación de una empresa especializada en derrames de petróleo mar adentro”.

Las barreras de contención son dispositivos que, normalmente, se despliegan mar adentro desde un buque; la estructura tiene una suerte de faldón dentro del agua y en la superficie e impide la dispersión de combustible.

Sin embargo, no están diseñadas para detener sargazo, sino derrames de hidrocarburos, argumentó Valdés Cerda, en entrevista con EL UNIVERSAL.

“La composición química y el comportamiento de un derrame de hidrocarburos es muy diferente al comportamiento del sargazo que, una vez que se acumula, llega un momento en el que va a rebasar la barrera de contención, además de que la corriente y el oleaje no cumpla con su función, entonces no se consideró conveniente”, explicó.

Realizarán “crucero oceanográfico”

En el marco del Simposio sobre Ecosistemas Marinos de América Latina y el Caribe, que concluyó sus jornadas en Cancún, Valdés Cerda, adelantó además que se realizará un crucero oceanográfico para apoyar las actividades de investigación del GTC y generar información necesaria sobre el movimiento de las grandes masas de sargazo –especie de macro alga parda- que se acumulan en la zona costera de Quintana Roo y El Caribe.

El capitán de fragata informó que hoy se sostiene en la Ciudad de México una reunión de alto nivel para tomar decisiones en torno al Crucero Oceanográfico, para el cual se podría echar mano del buque “Antares”.

“A bordo de un buque oceanográfico van investigadores con equipo, que puede incluir instrumentos para medir las corrientes, la temperatura, incluso para determinar el fondo del mar (…) En este caso probablemente salga un buque con aparatos que miden corrientes para determinar hacia dónde van y hacia dónde se dirigirá el sargazo.

“Para organizarlo se debe definir el área a investigar, cuántos y quiénes serán los científicos a bordo, cuánto tiempo dura, son detalles que se planearán previo al viaje. También el barco debe estar disponible”, ahondó.

Fenómeno complejo

Ante los especialistas de varios países que participaron en el Simposio, Valdés Cerda indicó que la arribazón masiva y atípica del sargazo en el Caribe Mexicano ha provocado fuertes impactos en las actividades turísticas de Cancún, Puerto Morelos, Riviera Maya, Tulum y Mahahual, ocasionando daño al ecosistema, a la fauna marina y al sistema arrecifal.

Entre las causas preliminares del fenómeno, especialistas y autoridades mencionan el desprendimiento de agregaciones del Mar de los Sargazos, el aumento de nutrientes en el mar, el cambio climático y las variaciones meteorológicas y oceanográficas, es decir, el cambio en las corrientes marinas, a propósito del Calentamiento Global.

Si bien el arribo de sargazo a las costas quintanarroenses, no es nuevo, nunca había alcanzado la magnitud actual.

El Grupo Técnico-Científico se creó el 24 de agosto pasado. Es encabezado por la SEMAR e integrado por diversas dependencias federales e instituciones de investigación como la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).

El objetivo del grupo de trabajo es conocer el origen del problema, medir su impacto ecológico y biológico, su periodicidad, determinar la superficie y áreas de afectación y el aprovechamiento que se puede dar a las macroalgas.

El sargazo no representa un peligro para la vida humana, se dijo. De los más de 800 kilómetros de litoral en Quintana Roo, las zonas más afectadas abarcan de 180 a 200 kilómetros de playa.

Las algas recolectadas se depositan en siete sascaberas o canteras abandonadas, con el aval de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero hay dudas e inquietudes sobre el impacto y riesgo por la filtración al subsuelo, de los líquidos tóxicos (lixiviado) del material descompuesto. Se ha reportado que durante el retiro del sargazo se han destruido cientos de nidadas de tortuga marina y organizaciones civiles han solicitado que se prohíba el entierro de las algas, porque afecta a esta especie carismática.

mvl

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