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Morelia.— Aproximadamente 400 elementos de la Policía Federal arribaron este viernes a Aquila, municipio donde los ciudadanos no han accedido al debilitamiento de las policías comunitarias o de las fuerzas rurales.
Los agentes se desplazaron en dos camiones y unas 25 patrullas, sin que oficialmente se conociera el motivo de su llegada.
Germán Ramírez Sánchez, El Toro, encargado de la Policía Comunitaria Indígena de ese municipio de la sierra-costa, reveló que los federales se hospedan en hoteles de la comunidad de La Placita, donde están concentrados.
El líder indígena consideró que nada tiene que hacer la Policía Federal en esa región, ya que los pobladores han mantenido la seguridad.
“Éstos [policías federales] vienen a desarmarnos, vienen por mí y por la demás gente que está a cargo de la seguridad del municipio, porque no vienen a otra cosa, pero no van a poder entrar sin que la comunidad los encare y los confronte, porque ya están hartos de que nos humillen y de que seamos agredidos”, advirtió.
Ramírez Sánchez recordó que los únicos municipios que no han accedido al debilitamiento de las policías comunitarias o de fuerzas rurales, y que tampoco han permitido la depuración policial, son justamente los que se ubican en esa región, como Coalcomán, Coahuayana y Aquila.
Explicó que su renuencia a la depuración no es porque escondan algo o hayan hecho algo malo, sino porque no confían en las autoridades.
A ello le atribuyó que la presencia de los convoyes de la Policía Federal va más allá de patrullar, por lo que insistió en que se trata de una movilización policial para detener a los líderes y desarmar a los pobladores, como lo han hecho en otras ocasiones.
“Ya nos habían avisado otras personas que iban a venir y cuál era su intención, pero aquí los vamos a estar esperando, porque podrán detener a un líder o a dos o a tres, pero siempre va a haber alguien más que quede al frente de la seguridad de nuestras familias”, amagó Ramírez Sánchez.
Reiteró que a diferencia de otros municipios, los pobladores de Aquila no han tenido acercamiento ni diálogo alguno con funcionarios del gobierno de Michoacán desde al pasado 19 de junio, cuando detuvieron al ex líder de las autodefensas Cemeí Verdía Zepeda, por el delito de portación ilegal de armas, aunque ahora ya le están imputando otro delito.
Mucho menos —agregó el dirigente indígena— ahora que insisten en tenerlo encerrado porque seguramente les estorbamos para sus intereses políticos y económicos que pretenden en esta tierra.
“Incuso no han sido buenos ni para arrimarse a ver qué se les ofrece a las familias del niño que mató el Ejército en un enfrentamiento en julio pasado, o de los demás lesionados en Ixtapilla, y por eso es que fue una mentira que ya tenían acuerdos con nosotros.
“Vengan y verán que todavía tenemos bloqueada la carretera Lázaro Cárdenas-Manzanillo, porque no ha habido diálogo con ninguna autoridad”, sostuvo Ramírez Sánchez.