Anular la Policía de Mando Único en Morelos, vigente desde febrero de 2014 en el estado, significaría un retroceso y eso sólo conviene a la delincuencia organizada que se mantiene expectante de la fortaleza o debilidad de la corporación policial, consideró Jorge Alberto Lara Rivera, abogado y especialista en materia de seguridad.

El abogado ofreció una conferencia de prensa ante los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) del estado, y ahí habló sobre la advertencia del alcalde electo de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, de retirar el Mando Único de Cuernavaca por “falta de resultados”.

Como respuesta Lara Rivera expuso que el Mando Único “no es panacea ni solución exclusiva ante la delincuencia, requiere de ser apoyado por la rendición de cuentas de mandos de policías, elementos, jueces y funcionarios del sistema de justicia”.

Pero sobre todo recomendó “no actuar por ocurrencia ni por capricho político, si ya están comprobados los buenos resultados de esa estrategia unificada contra los delitos, es necesario reforzar la transparencia en el desempeño de todos los responsables del sistema de justicia, participación ciudadana y los juicios orales para denunciar y solucionar abusos policiacos, en lugar de descartarla sin análisis serio y sin diálogo”.

Para el especialista en el nuevo Sistema de Justicia Penal, la estrategia de seguridad del país y de cada entidad no puede estar sujeto a vaivenes políticos, jaloneos y disputas, sino que requiere de liderazgo político y moral basado en el diálogo para fortalecerlo, de lo contrario, la delincuencia organizada toma nota de estos desacuerdos y debilidades de los gobiernos y las aprovecha a su favor.

Lara Rivera expuso que en momentos críticos como los que vive el país la coordinación entre gobierno Federal, estatal y los municipales, debe ser reforzada, y en el caso de Morelos, con autoridades municipales electas, para actuar con responsabilidad y analizar detenidamente resultados del Mando Único. El Mando Único, sostuvo, no se puede desmontar de la noche a la mañana por capricho o consigna política.

Enfatizó la importancia de la inteligencia policial como parte de la prevención del delito, como también que los resultados de estrategias como el Mando Único se ven a mediano y largo plazo, dividendos que incluyen “erradicar de la mentalidad de los elementos policiacos la práctica de la tortura como método de investigación y la violación a los derechos humanos”.

Citó como ejemplo que la dispersión de las fuerzas del orden propició que policías municipales enteras de Guerrero, Michoacán y Morelos –antes de la actual administración estatal– estuvieran en la nómina de los cárteles del narcotráfico, que aprovecharon tal divisionismo para hacerse del control de las corporaciones.

La enorme diversidad de policías produjo grandes debilidades de los gobiernos, además del divorcio de los gobiernos estatales y municipales, todo lo cual fue aprovechado por la delincuencia organizada; consecuencias pagadas por la población, afirmó.

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