Padres de familia y entrenadores del equipo de futbol de Tercera División profesional “Los Avispones de Chilpancingo” reprocharon que para las autoridades, México y el mundo solo existe la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y se han olvidado del ataque que sufrieron sus hijos a manos del crimen organizado que dejó cuatro muertos y varios lesionados aquél 25 de septiembre en la carretera federal Chilpancingo-Iguala.

La encargada de leer el mensaje ante medios de comunicación fue Roberta Evangelista Hernández madre del menor de 15 años David Josué quién muriera a tiros arriba del autobús en el que viajaban para disputar un partido de fútbol.

A nombre de los demás familiares e integrantes del Club, Roberta pidió al presidente de la República Enrique Peña Nieto su atención personalizada a los jóvenes jugadores para que se haga justicia y se aclaren los hechos.

“Qué difícil es ver la sombra de la muerte tan cerca de nosotros y que no deja de colocar su sombra sobre los niños, mujeres, jóvenes y hombres en el estado de Guerrero. Qué extraño es que los homicidas hayan escapado y con permiso de quién”, recriminó la joven madre al recordar a su hijo y a las demás víctimas de los hechos ocurridos el pasado 25 de septiembre.

Denunció además que funcionarios de todos los niveles de gobierno que han tomado el caso, han minimizado la situación y todo ha quedado en buena voluntad.

Al respecto reiteró su exigencia al jefe del Poder Ejecutivo Federal que de manera precisa se retomen las actuaciones, se haga justicia y se instruya para que se den las recomendaciones necesarias y sean reparados los daños a las víctimas directas e indirectas de ese ataque armado contra los jóvenes deportistas.

Evangelista Hernández también pidió a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) les informen los avances de las investigaciones realizadas que afectaron  a personas inocentes, en específico del equipo “Avispones de Chilpancingo” ya que desconocen el estatus real de las mismas.

Roberta Evangelina recordó que es necesario decirle a la CNDH que se perdieron vidas como la de David Josué que soñaba con ser jugador profesional y la del señor Víctor Manuel –chofer del autobús en el que viajaban los jugadores el día de los hechos- un padre de familia que amaba su trabajo con el que se ganaba el pan de cada día.

“Porque esa noche después de darlo todo en la cancha, lo último que hicimos como equipo no fue celebrar sino sentir pánico, terror y miedo, porque fuimos incapaces de repeler las balas únicamente armados con balones, uniformes sucios por la justa deportiva, con tenis y sudaderas y así, no pudimos defendernos”, parafraseó la madre de David a nombre de los demás jóvenes futbolistas.

Ante este escenario y después de negar tajantes que tuvieran acuerdos con alguna instancia de gobierno para no denunciar, Roberta finalmente insistió en que a casi un año de los hechos tan desgarradores se ha destapado la cloaca en que nos han hundido por años y por lo que los ojos del mundo voltearon a ver a Guerrero, dijo.

“Tiemblo de horror ante el circo que políticos de todas clases y partidos han armado con la cruz del amigo durante todo este tiempo y en su afán de salir menos manchados o ser protagonistas en el asunto, dan puñaladas y comienzan  a cantar como canarios de las atrocidades de unos contra otros”, reprochó al final la mamá de David Josué.

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