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El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel aseguró que México no será una patria libre y justa si hay impunidad, presos inocentes y ocurran crímenes como los de Ayotzinapa, de la colonia Narvarte y Tlatlaya.
En vísperas de las Fiestas Patrias, el líder religioso sostuvo que la construcción diaria de la patria no depende sólo del gobierno. Cada mexicano es constructor o destructor de la patria. Si en una familia se educa para el trabajo, para el respeto, para la solidaridad, esa familia construye la paz social del país, afirmó.
Por el contrario, si en el hogar se aprende violencia, golpes, insultos, robo, “trampas”, pereza, mentiras e irresponsabilidades ese hogar daña a la comunidad, porque algunos hijos podrían caer en la delincuencia, robar y matar aunque hubiera más y mejores policías y militares.
En el documento Construir una patria libre, justa y fraterna, Arizmendi Esquivel cuestiona. ¿Quién es responsable de que persistan tantos males entre nosotros, de que se cometan injusticias, que haya corrupción, secuestros, asesinatos, extorsiones, violación de derechos humanos?, ¿Por qué sucedió lo de la colonia Narvarte en el DF, lo de Ayotzinapa, lo de Tlatlaya, lo del ABC, lo de San Fernando, etcétera?.
Todo esto nos avergüenza y nos duele. Mientras sucedan estos crímenes, “no tenemos” una patria verdaderamente libre y justa, alertó.
Ante esta realidad, subrayó que las autoridades de gobierno tienen responsabilidades específicas y no se le puede aplaudir si no cumplen sus obligaciones, si son corruptas y prepotentes, si no escuchan y atienden las necesidades reales del pueblo. "No somos un México libre, si muchos mexicanos no tienen un trabajo digno y seguro.
No tenemos una patria libre, si hay impunidad, si hay inocentes en las cárceles, si muchos deben emigrar para sobrevivir, si los servicios de salud pública son deficientes, si no hay quien ponga orden para resolver los constantes bloqueos carreteros”, argumentó.
El obispo chiapaneco dijo que este período de celebración de las gestas históricas libertarias, en vez de sólo acusar a los demás, se debe preguntar qué se puede hacer para mejorar la patria.
Quienes tienen más posibilidades económicas, que generen más puestos de trabajo, los jueces en procesos penales, que sean justos y no se dejen vender por el dinero, los maestros, que sean “educadores con el corazón y no simples empleados”.
Por igual, agregó, que las autoridades de gobierno que “desgasten sus energías” en estar cerca de los problemas de los pueblos y atender sus justas demandas. De todos depende nuestra patria. Con lamentos y puras críticas, no avanzamos. Hagamos lo que nos corresponde, puntualizó el prelado.
cfe