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“Comenzábamos a trabajar desde las 4 de la mañana”

César es uno de los 61 menores rescatados de un racho, que tenían horarios extenuantes

Niños y adolescentes retornaban de sus trabajos para internarse en el rancho donde vivían en condiciones de hacinamiento (HILDA FERNÁNDEZ. EL UNIVERSAL)
21/08/2015 |01:55Hilda Fernández / Corresponsal |
Redacción El Universal
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Ramos Arizpe.— “Tengo 14 años y soy de Veracruz, un día pensé que con mi papá “encerrado” —en la cárcel— no va a haber quién le dé dinero a mi mamá que está enferma, por eso me vine a trabajar”, explica César, quien dejó familia, juegos y escuela, para asumir la responsabilidad de jefe de familia.

César —su nombre real fue cambiado para proteger su identidad— llegó hace un mes al municipio de Ramos Arizpe. Se levantaba todos los días a las cuatro de la madrugada para iniciar la jornada, que terminaba cuando comenzaba a oscurecer y por la que recibía 120 pesos.

Platica que en Veracruz andaba apurado por la situación económica de su familia, cuando un hombre —al que no conocía— le ofreció empleo, comida y un lugar donde vivir.

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“Me vine pa’cá, en un autobús, un hombre nos contrató; preguntó ‘¿alguien quiere ir al corte?’ Le dije yo sí voy a ir, él me dijo ‘allá está el camión’, me fui y me subí, llegamos aquí el 16 de julio”.

Comenta que no era la primer vez que se empleaba de jornalero; “eso lo hacía desde que era niño, mi papá me enseñó a trabajar, él me llevaba al campo, ganaba 120 pesos”.

Me vine porque “ya salí de primaria y secundaria, mi papá está encerrado (en prisión) y dije no va a haber nadie que le dé dinero a mi mamá; mi hermana está en Monterrey y a veces le manda (dinero)”.

“Llegamos a colectar el cebollín, yo amarraba, lo pasaba a los demás, nada más le cortan la raíz y la colilla y lo echan en la red, los cargadores ya lo traen aquí”, platica César, quien tiene cuerpo de niño.

“Eso hacía de lunes a sábado, cuando comenzábamos después de las cuatro. El domingo no trabajábamos tanto, empezábamos a las seis de la mañana y salíamos a las cuatro de la tarde, a veces a las tres”.

El miércoles pasado, 61 menores de edad, entre ellos uno de 8 años, fueron rescatados por policías del estado, de dos ranchos del ejido El Higo. Con los niños, que cosechaban, seleccionaban y empaquetaban legumbres, fueron rescatados 37 adultos y se estima que otros 100 escaparon durante el operativo.

Los menores son originarios de los estados de Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas y trabajaban jornadas de hasta 10 horas.

En el desayuno les servían un pan y café, así como agua con sal para no deshidratarse; la comida era sopa y frijoles, mientras que la cena, era parecida al desayuno. Cansado de las agotadoras jornadas y de pasar hambre y sed, uno de los menores logró comunicarse con su padre quien reportó el hecho y se logró el rescate.

Veracruz ofrece apoyo.— Por instrucciones del gobernador Javier Duarte, los menores veracruzanos que fueron rescatados en Coahuila serán atendidos de manera inmediata, por la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSP) y por el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Luego de lamentar que existan menores en estas condiciones, aseguró que en su gobierno se garantizan los derechos de niñas, niños y adolescentes.

Por ello, dijo el mandatario estatal, “la atención a estos niños jornaleros recientemente rescatados es lo principal, en primera instancia, asegurar que estén bien emocional, psicológica y físicamente, ya que las condiciones alimentarias y de vivienda a las que eran sometidos, desde luego que tienen un impacto negativo”.