Un grupo de activistas y ciudadanos se manifestó hoy en el Palacio Municipal de Cancún, para exigir que se esclarezca el asesinato del fotoreportero Rubén Espinosa, quien se autoexilió al Distrito Federal, debido a la persecución y hostigamiento del que fue víctima en Veracruz.

La noche del viernes pasado, Espinosa Becerril se encontraba con otras personas en un departamento de la colonia Narvarte, en la Ciudad de México, cuando un comando entró y los asesinó.

La noticia sacudió a Julián Ramírez Olivares, de la Defensoría y Estrategias Integrales para los Derechos Humanos y Territoriales (DESIDE), amigo suyo, quien se encuentra en Cancún.

Al conocer lo ocurrido, se convocó a una protesta pacífica el día de hoy, para condenar el homicidio de Rubén y sus acompañantes, exigir el esclarecimiento del crimen, el castigo para los responsables y el freno a los ataques, persecución y asesinato de periodistas en México.

“En este país, no hay un solo lugar seguro para los periodistas (…) no existe una sola institución que garantice la Libertad de Expresión”, afirmó, acompañado de ciudadanos y activistas como Teresa Carmona, representante en Cancún del Movimiento por la Paz, fundado por el poeta, Javier Sicilia.

Ahí, con la estatua de Benito Juárez a sus espaldas y vigilados por un par de elementos de Seguridad Pública, Julián narró que Rubén Espinosa fue un joven maestro para muchos jóvenes periodistas en Jalapa, Veracruz, en donde ejercía el fotoperiodismo, colaborando para “Periodistas de a Pie”.

“(Rubén) fue catalogado como terrorista, como guerrillero, por dar capacitaciones internacionales a periodistas para ejercer el Periodismo en situaciones de guerra social que es lo que se vive en México”, prosiguió. “Él comenzó a tener un seguimiento específico y tuvo que autoexiliarse, como muchos otros periodistas, a la ciudad de México, que se consideraba un espacio de seguridad tanto para activistas en derechos humanos, como para periodistas, que por decir la verdad son perseguidos (…)", señaló Ramírez.

Rubén llegó al Distrito Federal hace dos meses y se refugió en la casa de una integrante del movimiento en pro de los Derechos Humanos en Veracruz. “La dueña de ese departamento estaba ofreciendo cobijo como mucha otra gente, para que él tuviera un espacio seguro en donde vivir. No queda un espacio seguro en este país para la gente que quiera decir la verdad". declaró Ramírez.

Los participantes llamaron a los periodistas de Quintana Roo, a no dejarse reprimir.

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