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pierre.rene@eluniversal.com.mx
El derrame de 40 millones de litros de soluciones acidulada en el Río Sonora por la mina Buenavista del Cobre de Grupo México hace un año, es un ejemplo de la falla de las manifestaciones de impacto ambiental en el país, afirmó Exequiel Ezcurra, director e investigador especializado en temas ambientales del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California (UC MEXUS).
Entrevistado en el marco de la presentación del libro “Las Voces de la Biodiversidad en México”, el experto aseguró que “si hubiera habido un buen análisis de riesgo y un buen sistema de verificación del riesgo ambiental, eso no debería haber ocurrido”.
Señaló que los problemas de evaluación ambiental no son específicos a México, sino a todos los países del mundo, pues el caso más reciente es el derrame de contaminantes en el río Ánimas en Colorado, Estados Unidos, en la antigua mina Gold King.
“Eso todavía fue peor porque fue la propia Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (USEPA) a la que se le reventó el cueto a la cara. La conclusión de todo el mundo es que tenemos que revisar la manera de como estamos analizando el riesgo”, expuso.
Al respecto, el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro, coincidió con Exequiel Ezcurra sobre la necesidad de revisar el proceso de analisis de riesgo ambiental, y adelantó que la dependencia evalúa actualmente la totalidad de las 30 mil manifestaciones de impacto ambiental (MIAS) vigentes en el país.
“Estoy seguro que en las reformas que vamos a proponer las MIAS tendrán que ser más innovadoras, más creativas, con un mayor compromiso social y no únicamente un mero trámite administrativo”, dijo.