A un año de que fue asegurado por la Procuraduría General de la República (PGR) el albergue La Gran Familia de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, sólo dos de las ocho personas que fueron detenidas junto con ella están presas, la mayor parte de los niños y adultos regresaron a sus lugares de origen, el pueblo de Zamora le dio la espalda al Partido Acción Nacional (PAN) y la gente aún lucha por olvidar.

A Mamá Rosa, de 81 años de edad, la justicia le permite vivir en libertad a pesar de que fue acusada de secuestro, trata de personas y delincuencia organizada.

La habilidad de su abogado defensor, Jorge Christian Hellinger, y el respaldo que le brindaron prominentes personajes de la clase política e intelectual del país, lograron que no pisará la cárcel y que el juez admitiera el recurso de inimputabilidad por su “avanzada edad” y presunta “demencia senil”.

EL UNIVERSAL buscó una entrevista con la fundadora y directora del albergue, pero sus abogados “le aconsejaron salir de la ciudad en estos días que se cumple el primer aniversario para alejarse de los medios de comunicación”, afirmó la diputada local María Eugenia Méndez, quien en un principio se ofreció a ser el enlace entre la señora Verduzco y este medio.

Rosa Verduzco, además, ya no vive de forma permanente en Zamora. Según sus vecinos y conocidos, la antes todopoderosa señora reparte sus días entre esta ciudad del bajío y el municipio vecino de Tangancicuaro, donde su padre fue un rico terrateniente.

De cualquier forma ,Rosa Verduzco va y viene junto con dos mujeres que la custodian.

La Jefa está acompañada siempre de dos jóvenes vestidas de manera sencilla y pelo corto, que tratan de llamar poco la atención, pero que sabemos que son sus guaruras. Una de ellas siempre va a su lado o en la retaguardia, muy cerca de la señora; la otra se coloca estratégicamente un poco más lejos, pero sin quitarle la vista y vigila con quién habla o quién se le acerca. “Ignoramos si están armadas”, dice un testigo que pide el anonimato.

Luego de varias demandas de padres de familia que acusaron a Rosa Verduzco de retener ilegalmente a sus hijos y a otros menores de edad, Mamá Rosa fue detenida la noche del 15 de julio de 2014 junto con Felipe Serrano Gómez, José Enrique Hernández Valdovinos, David Rogelio Álvarez Murillo, Miguel Ibarra Valenzuela, Carlos Félix Durán y María de Lourdes Verduzco Verduzco, por elementos de la PGR, presidida en ese entonces por José Murillo Karam.

Del albergue fueron rescatadas 596 personas, entre las que se encontraban 278 niños, 174 niñas, seis bebés y 138 adultos de entre 18 y 40 años. A la fecha, sólo Felipe Serrano Gómez, El Quiro, y José Enrique Hernández Valdovinos, El Cito, permanecen presos en un penal de Tepic, Nayarit, luego de que la mayoría de los menores de edad declararon contra ellos y coincidieron en acusarlos de ser los autores materiales de vejaciones, maltratos físicos y sicológicos, así como los principales abusadores sexuales de niñas, niños y mujeres.

El resto de los acusados fueron liberados por falta de pruebas o por delitos que alcanzaron fianza, pero ninguno regresó a Zamora.

El predio con fachada de orfanato que operó durante 60 años, está convertido en ruinas, lo mismo que la vida de más de 4 mil personas que pasaron durante estos años por el albergue de La Gran Familia, según cálculos de periodistas locales y del notario público número dos de Zamora, Luis Fernando Alcocer del Río.

En la casa hogar Vivan Los Niños, del DIF en Morelia, habitan 33 menores de edad rescatados del albergue de Mamá Rosa.

En julio del año pasado fueron llevadas a este lugar 108 personas. El resto fue entregado a los sistemas DIF de otras entidades, el Distrito Federal y el Estado de México, principalmente.

“Los 33 niños y niñas que quedan en el nuevo internado son menores que no pueden ser reintegrados a sus hogares originales o bien que nadie vino a reclamarlos”, dice Mariana Sosa Olmeda, la actual directora del lugar.

Mamá Rosa y el PAN

Para nadie en Zamora es un secreto que Mamá Rosa simpatiza con el PAN, aunque siempre encontró la manera de presionar a alcaldes, gobernadores y funcionarios de todos los partidos políticos para conseguir lo que quería. Sin embargo, tras el escándalo, uno de los damnificados fue este instituto pues perdió la alcaldía, la diputación local y la federal de esta región.

La presidenta municipal de Zamora, Rosa Hilda Abascal, quien en menos de dos meses entregará el poder, niega que el caso de Mamá Rosa haya sido un factor determinante para que su partido perdiera uno de sus bastiones más importantes en la zona.

“Es parte de la apertura democrática que vivimos en el estado. Así es esto, a veces se gana y a veces se pierde; yo creo que no hicimos un mal papel en el estado y en el municipio. Siempre trabajamos para la gente”, dice.

La estafeta se la entregará al priísta Fernando Zamora Morales.

El caso de Mamá Rosa, además, obligó al gobierno estatal a hacer una revisión de los albergues que administran la Junta de Asistencia Social y el DIF estatal.

Para la directora del organismo, Mariana Sosa Olmeda, “la Junta de Asistencia Social debe responder por los albergues que administra. Los nuestros (del DIF) se encuentran en orden y funcionando como es debido”, se defiende.

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) y la Junta de Asistencia Privada reconocen, sin embargo, que de 359 albergues que existen en el estado y que atienden a más de mil 686 niños y adolecentes, 121 se encuentran ubicadas como “focos rojos” por no cumplir con los estándares mínimos de seguridad, higiene, control y atención.

En los próximos meses, según anunció la presidenta de la Junta de Asistencia Privada, María Leticia Vázquez Álvarez, podrían ser cerrados 12 albergues donde se encuentran en riesgo al menos 300 niños y adolescentes.

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