Iguala.— Llegar al cargo que ocupó José Luis Abarca no será fácil. De ello está consciente Esteban Albarrán, alcalde electo de Iguala.
Así se lo hacen saber las pintas con llamados a no votar que permanecen en el palacio municipal, semidestruido desde octubre pasado por las múltiples expresiones de enojo y descontento con las que se ha exigido justicia para los normalistas de Ayotzinapa.
Con una participación de apenas la cuarta parte del padrón electoral, Albarrán, abanderado del PRI-PVEM e hijo del director del influyente Diario 21 de Iguala, ganó el municipio guerrerense marcado desde septiembre de 2014 por los ataques de policías municipales vinculados con el crimen organizado contra estudiantes normalistas, en los que seis personas murieron —entre ellas tres jóvenes— y 43 más fueron desaparecidos.
“Incursiones como las de los jóvenes de Ayotzinapa ha habido siempre en todas las ciudades y en todo el estado. ¿Por qué sucedió aquí? No lo sabemos, fue una decisión del destino porque los muchachos supuestamente se vinieron a botear para sacar recursos ya que iban a una marcha a la ciudad de México por el 2 de octubre. Si se hubieran ido a otro lado no hubiese ocurrido”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL TV.
Estos hechos le pegaron al municipio en todos los aspectos, especialmente en el económico. La gente cerró sus negocios, algunos se fueron y muchos ya no quisieron invertir.
Asegura que gobernar esa localidad es su anhelo desde hace siete años. “Mucha gente me preguntó: ‘oye Esteban, ¿estás seguro que vas a participar ante las condiciones que hay?’ Y es cuando yo dije que sí, incluso se reforzó más mi anhelo”.
El alcalde electo demanda a la federación y al gobierno del estado un “trato preferencial” y señala que está a favor del mando único. “Necesitamos también una policía municipal que en este momento no tenemos, que fue desmembrada ya que sus integrantes están siendo procesados en el penal de Nayarit y los que quedaron absueltos fueron mandados a capacitarse a Tlaxcala”, dice.
Poco más de un centenar que ya fueron capacitados están de regreso pero no están en funciones porque ni el gobierno estatal ni el gobierno municipal, ambos interinos, “le han querido entrar al tema”.
Aunque el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero ya le entregó la constancia de mayoría que lo acredita como presidente municipal electo, no sabe con certeza dónde despachará, pues la sede del gobierno está abandonada luego de ser vandalizada en octubre pasado.
Como en ruinas quedó el PRD pues la gente le pasó la factura.
Los costos políticos. En el PRD de Iguala aún no asimilan la derrota y no descartan impugnar. Según sus cálculos internos, pese al impacto que les significó la figura de José Luis Abarca, el ex alcalde preso acusado de ordenar la arremetida contra los estudiantes, los números daban para que su candidato, Óscar Bello Díaz, alcanzara la victoria.
El dirigente perredista en ese municipio, Mario Martínez, asegura que Bello Díaz “era un candidato muy fuerte, muy conocido. Estábamos seguros de que podíamos salir avante porque el candidato del PRI era muy frío, muy seco, sin propuestas. Y creemos que hubo irregularidades como la compra del voto, aunque también reconocemos que el partido cometió muchos errores y que también nos afectó la división de la izquierda”.
Se queja de que los medios han “estigmatizado” al PRD como responsable de los lamentables eventos del 26 y 27 de septiembre e insiste que el partido en Iguala “no fue el que creó esa situación”.
Sin embargo, Esteban Albarrán difiere: “Yo creo que la gente califica el desempeño de cada uno de los gobiernos; y bueno, por esta ocasión nos otorgó la confianza y el voto por los proyectos de cambio que tenemos para darle un nuevo rostro a nuestro municipio”.
Albarrán precisa que las investigaciones continúan y que quienes no tuvieron que ver con los hechos de Ayotzinapa, hacen su vida normal. Una normalidad que, por desgracia, sigue marcada por la violencia.
A pesar de la notoria presencia de las fuerzas federales, dos días después de los comicios fue asesinado Francisco López Liborio, secretario de Organización del PRD municipal y dirigente de la organización “Mártires del Vado de Aguas Blancas”.
“Vamos a exigir justicia. (López Liborio) vio la posibilidad de crear colonias para dar vivienda a la gente que tenía gran necesidad. Dentro de ellas está la 10 de Mayo, fue la última. Ahí lo despidieron en un homenaje de cuerpo presente. Había recibido amenazas, él mismo me lo comentó, pero siempre se mantuvo en la lucha”, afirma Mario Martínez.
La demanda es respaldada por Esteban Albarrán. “También nosotros nos quedamos sorprendidos, indignados. Pedimos una investigación profunda, que se castigue el crimen y que no queden impunes estas cosas”.