Dieciséis días después de la irrupción de grupos de civiles armados que se asumen como policías comunitarios, el gobernador sustituto de la entidad, Rogelio Ortega, se reunió con los familiares de 10 desaparecidos, que señalan a los civiles armados de haberse llevado a sus seres queridos.

El encuentro se efectuó en el Seminario de San José. Allí, además del gobernador, estuvieron presentes el fiscal General del Estado, Miguel Ángel Godínez Muñoz; el encargado de despacho de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Ramón Navarrete, y el alcalde de Chilapa, Francisco García González. Los inconformes dieron un plazo de 48 horas a las autoridades para que les den respuestas del paradero de sus familiares.

En la reunión, Liz Abundiz Sánchez, hermana de Gilberto, un joven de 30 años de edad que era artista gráfico, reveló que su familia está casi segura de que uno de los tres cuerpos encontrados el miércoles pasado frente al panteón de la comunidad de Nejapa, corresponde a su hermano, se dieron cuenta por una foto que apareció en un periódico, donde se observa el tatuaje que Gil tenía en la espalda; pidió al fiscal que les entreguen los exámenes de ADN a la brevedad, para poder sepultarlo.

Enfrente de otros familiares de desaparecidos, Liz solicitó a los presentes indagar al alcalde priísta, de quien dijo, hay comentarios de que pertenece a un grupo del crimen organizado y refirió que en su gobierno la violencia ha aumentado en Chilapa.

Otros familiares de desaparecidos del 9 al 14 de mayo, cuando estuvieron presentes los civiles armados del sur de Chilapa, que colinda con Quechultenango, donde opera el grupo de Los Ardillos, que mantiene pugna con Los Rojos exigieron al gobierno que se investigue a los comisarios de las comunidades que arribaron al municipio.

El presidente municipal justificó que la delincuencia organizada azota a todo el país, y sobre sus nexos dijo que está a disposición de las autoridades para que lo investiguen.

Los inconformes también solicitaron que se detenga a los comisarios que encabezaron el movimiento de civiles armados. 

Hasta que se den a conocer los resultados de ADN, la familia de Gilberto podrá sepultarlo, y tener certezas al 100% de que el cuerpo en descomposición encontrado en Nejapa, sí era el de él. Este proceso podría tardar un mes y medio.

Después de la reunión que duró poco más de tres horas, el mandatario estatal se comprometió con los familiares a entregar resultados, en las investigaciones.

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