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Los Reyes.— Dorotea García esperó más de ocho años. Ayer, pasadas las 13:00 horas vino el reencuentro con su hija Alondra Díaz, aunque aún quedan diligencias por desahogar para que ambas se puedan ir a vivir a Texas.
A las 12:30 horas, la adolescente de 13 años de edad salió de su habitación marcada con el número 23 del Hotel Arias, en esta ciudad michoacana, donde pasó la noche. Acompañada de su abuela paterna, Victoria Díaz, llegó al juzgado primero civil y en la sala seis se encontró con su madre.
Para Dorotea García terminó la búsqueda, que la llevó, incluso, a creer que Alondra Luna, originaria de Guanajuato, era su hija, pero ayer por la tarde por fin vio a la verdadera Alondra.
Desde pequeña, cuando todavía no cumplía los cinco años de edad, fue sustraída por su padre de manera ilegal para ser traída a México. Incluso, el hombre se ocultó de su familia para no regresar a su hija.
Ayer por la noche, Dorotea y a Alondra esperaban el desahogo de la audiencia y de que se les tomaran pruebas de ADN para comprobar la consanguinidad de ambas, las cuales fueron solicitadas por el Ministerio Público y que se aplicarán entre el jueves y viernes; después de esto, según el abogado Pedro de la Rosa Hernández, la juez estará en condiciones de emitir la declaratoria de entrega.
Después de esto, partirán hacia Estados Unidos, en Houston, Texas, donde vivirá con su madre.
La presencia de la niña y la madre en esta ciudad estuvo vigilada y custodiada en todo momento por elementos de la Policía Federal.
El padre de la menor, Reynaldo Díaz, no estuvo en el juzgado ni en Los Reyes, pero su madre, Victoria Díaz, espera que la juez retire los cargos en su contra, a fin de llegar a un convenio de convivencia familiar que no afecte sicológicamente a Alondra Díaz.
Reynaldo enfrenta cargos por sustracción de menores, delito cometido en Estados Unidos en 2007, así como presunto maltrato físico y sicológico.
Hasta las 23:00 horas de ayer, Alondra, su mamá y su abuela permanecían en el juzgado. Adentro, había personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, las procuradurías del Menor y de Justia de Michoacán y elementos de la Policía Federal.
Momento emotivo. Pedro de la Rosa Hernández, el abogado que contrató Dorotea, describió el reencuentro como: “Un momento emotivo; entre ambas… hubo risa, lágrimas y muchos sentimientos encontrados”.
Explicó que, como parte de las diligencias, se espera que después del desahogo de pruebas, se otorgue la declaratoria para que regresen a Houston.
El caso está en manos de la juez Cinthia Helodía Mercado, la misma que anteriormente ordenó localizar y restituir a la menor, la otra Alondra, que presuntamente había sido ubicada en Guanajuato y después fue sacada abruptamente de su salón de clases por elementos de la Policía Federal para entregarsélas a agentes de la Interpol, quienes la llevaron a Texas.
Sin embargo, Alondra Luna resultó no ser la hija de Dorotea, tras aplicarse pruebas de ADN en Estados Unidos, y la adolescente de 14 años fue devuelta a México con su familia original.
En esta ocasión, las autoridades judiciales mexicanas han sido cuidadosas, declaró De la Rosa, han preservardo hasta el último detalle para no vulnerar los derechos de Alondra Díaz, por lo que las diligencias ministeriales se desahogan a puerta cerrada, sin la presencia de medios de comunicación y con presencia de la Policía Federal.
En este municipio michoacano localizado a 350 kilómetros de la ciudad de Morelia, se han dado cita decenas de medios de comunicación nacionales, locales e internacionales, que han a llamado la atención de los lugareños.
En las calles, la gente comenta y pregunta sobre la historia de “la verdadera Alondra”, la niña que fue arrancada de los brazos de su madre por su propio padre, tras una disputa de pareja.
Mientras, la pequeña en una cadena de televisión admitió sentirse triste por toda la situación que vive con su familia y comentó que estaba feliz con su padre, aunque sentía que le faltaba el amor de su madre, “pero también quiero estar con mi papá”.