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oscar.villalobos@clabsa.com.mx
Florinda Meza está orgullosa de sus 68 años. Empezó a trabajar desde pequeña, luego entró al programa producido por Roberto Gómez Bolaños, con quien estuvo casada 11, aunque su relación fue de más de tres décadas. Ahora que él ya no está, sabe que es momento de abrir nuevos caminos y adecuarse a los tiempos millennial. Esa ha sido su intención al abrir su canal de YouTube en el que, sin embargo, ha encontrado un obstáculo: la falta de financiamiento.
“Yo tengo mi canal pero ahí no puedo hacer ninguno de los proyectos que tengo. Necesitaría patrocinadores o inversionistas para hacer realidad esos planes”.
Por lo pronto, ocupa el espacio en la red para hacer pequeñas cápsulas de su personaje de La Chimoltrufia (mejor conocida en las redes sociales como #LadyChimoltrufia) pero también ahí tiene algunas restricciones , ya que ese el único personaje que tiene registrado bajo su nombre.
“Yo no puedo hacer ningún personaje de El Chavo del 8 porque no se pueden mezclar con otros o de la serie (la Chimoltrufia pertenece a Los Caquitos). A mí solo el que me pertenece es el de La Chimoltrufia y tampoco puedo incluir a otros personajes en video porque necesitaríamos producción y en este momento no tengo cómo financiarlo”, señalo.
En esa reflexión, Florinda tiene una opinión respecto a la comedia que actualmente se hace en televisión y en la que nota que le faltan algunos ingredientes de los que hicieron exitoso a Chespirito.
“Esas historias tal vez se pueden retomar con otros elencos. Es un tipo de comedia que actualmente se está haciendo en la televisión de Europa y Estados Unidos. He visto programas en la televisión afgana y son historias preciosas aun en medio de una guerra o problemas políticos. Se aseguran de captar bellas escenas incluso en la situación que se encuentra su país y la clave está en la imaginación de los escritores para llevarnos alguna enseñanza de ello”.
En este panorama, la actriz nota una falla: “Algo le pasó a las televisoras que se quedaron atrás. O no atrás, porque si se hubieran quedado atrás hubiera estado bien, pero la verdad es que ni yo sé en qué plano están; lo describiría como si hubiesen perdido su brújula. Y si la encuentran podrían retomar su fórmula”.
El amor no tiene edad. “Nunca me he negado a envejecer”, dice Florinda Meza cuando habla del paso del tiempo. “Prueba de ello es que siempre digo mi edad, nunca me quité los años y no tengo secretos en lo absoluto. Pero antes, el cumplir años era un orgullo, los años servían para algo más que sólo dejarte arrugas en el cuerpo y canas en el pelo”, dijo entre risas.
“El cumplir años era para ser mejor persona en todas las ramas en las que uno se desarrollaba, ya que cada día era una oportunidad para ser mejor persona y obtener sabiduría, dignidad, respeto. Ahora no, sólo se cumplen años por cumplir”, reitero.
Una prueba de lo que dice es que la actriz no deja de pensar en regresar al mundo del espectáculo pero se ha enfrentado a la dificultad de que no ha encontrado el proyecto o apoyo adecuado a su edad. En la actualidad, comenta, sólo hay proyectos para personas jóvenes y con una belleza que se refleje a cuadro.
“Estamos en una era de escasos valores, donde hay una sociedad y un medio artístico que tienen un verdadero culto a la juventud y la belleza. A mi edad sólo se puede ser una mujer elegante, ya no se puede ser tan bella”, afirmó.
Florinda Meza tiene por ideal que lo primordial en una mujer no es la belleza, mucho menos en una actriz, ya que los productores se deben de fijar también en la trayectoria para que así cualquier actor o actriz de la tercera, cuarta o quinta edad pueda ser protagonista de las historias de amor.
Sobre los cambios que ha tenido la televisión, la actriz también tiene una visión crítica. “Le falta algo importante a la televisión abierta, no es en todas las cadenas, pero lo que en verdad falta es responsabilidad social.
“Porque la gente quiere soñar bonito y por muy sangrienta que sea la escena, la realidad es más cruel y no necesitamos darle esa sangre al televidente ya que la vive día con día”.
El recuerdo. A tres años de la muerte de Roberto Gómez Bolaños, Florinda Meza platica todos los días con él, pide su guía, su consejo. “Lo consulto todos los días, y a veces le cuestiono: ‘Robert, ¿cómo le hago?, ¿qué será de mi vida?, ¿qué debo de hacer?’, y no una vez al día si no a cada momento”.
Florinda Meza cuenta que la última etapa de la vida de Chespirito fue especialmente dura por la enfermedad, tristeza e impotencia que le causó la situación. “Es indescriptible cómo la pasé. ¿Yo me pregunto cómo sobreviví? Ni si quiera yo lo sé”.