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christian.leon@eluniversal.com.mx
Cuando House of cards salió en 2013, un presidente afroamericano y demócrata (Barack Obama) decidía el destino de Estados Unidos, mientras que en la ficción creada por David Fincher era un maquiavélico demócrata de nombre Frank Underwood (Kevin Spacey) quien a través de la manipulación buscaba convertirse en mandatario de una de las naciones más poderosas del mundo.
Las cosas han cambiado: cuatros años (y cuatro temporadas) después, la serie producida por Netflix estrena hoy su quinta entrega en un panorama político distinto. EU es gobernado por Donald Trump, cuya similitud con Underwood es casi profética.
Para Michael Kelly, quien da vida a Doug Stamper (mano derecha de Underwood), en esta nueva temporada el show parece inspirado en la realidad actual, aunque explica, es Trump quien parece imitar los pasos de Underwood en la Casa Blanca.
“Frank ha sido Frank desde el inicio. En la tercera temporada hubo una exploración sobre él fracasando, pero siempre fue este hombre maquiavélico que jugaba bajo sus reglas y tenía absoluto desprecio por la forma en que las cosas se hacen normalmente. Yo diría que, en todo caso, la actual administración nos robó a nosotros en lugar de ser al revés. Se podría argumentar que Trump juega más en los caminos de Frank”, considera Kelly.
Este año la nueva temporada llegó con un retraso de dos meses en comparación con las anteriores. Kelly desecha la posibilidad de que se haya dado por algún tipo de censura; más bien, dice, se debió a los cambios que el equipo de producción sufrió a fines de la temporada pasada.
“Filmamos un programa sobre política y elecciones mientras éstas estaban ocurriendo en la vida real, ciertamente no estaba planeado. En todo caso, hubiéramos querido hacerlo antes o después. Fue una experiencia tan surrealista. Tardó más esta temporada porque salieron del show Beau Willimon (creadora de la serie), Frank Pugliese y Melissa James Gibson. Tenía todo que ver con eso y no con la elección. Nunca nos hemos influenciado por lo que sucede en la vida real”.
El actor estadounidense señala que la serie se escribe con mucho tiempo de anticipación, y esta nueva temporada estuvo pensada desde antes de que Donald Trump fuera electo.
Sin embargo, no descarta que House of cards sea una especie de escape para millones de estadounidenses que, como él, no querían que Trump fuera presidente de EU.
“Hay un millón de razones por las que preferiría que Hillary Clinton fuera presidenta. La mayoría del país no esperaba que Trump fuera presidente. No es algo que siquiera pensamos hasta después de las elecciones. El último episodio fue escrito cuando fue elegido, probablemente. Nunca hemos querido que el show trate de lo que quiere o no la audiencia, tratamos de serle fieles a la historia y hacerlo lo mejor posible”.
Eso sí, Michael confiesa que en esta quinta entrega el público se dará cuenta cómo, a pesar de ser un ser sin escrúpulos, Frank Underwood es un mejor gobernante que Trump.
“Frank es despiadado, sin moral, calculador pero sobretodo inteligente. Incluso cuando va hacer cualquier movimiento siempre lo hace de forma planeada, sabiendo que lo que hará tendrá el resultado esperado. Donald Trump no tiene esa misma habilidad. Tiene que reaccionar en el acto y casi siempre lo hace sin pensar. Pero aquí es donde estamos ahora, así son las cosas”.