El mensaje de "Grace and Frankie" es: hay vida después de los 70.

Y también tu propia marca de vibrador, según la recién estrenada nueva temporada de esta comedia de Netflix.

Jane Fonda y Lily Tomlin continúan como los personajes principales cuyos antiguos maridos (interpretados por Martin Sheen y Sam Waterston) las dejaron abruptamente por ellos mismos al principio de la serie.

"Cuando nuestros esposos y abogados asociados nos dicen que han estado teniendo un romance por 20 años, quedamos desoladas y a la deriva", dice Tomlin.

"¿Qué sucede cuando estás en los finales de tus 70 y se mueve el suelo bajo tus pies?", dice Fonda.

La respuesta que ellas y el programa promueven: "Puede haber un tercer acto bastante sólido y divertido", como dice Fonda. "No nos den por perdidas solo porque estamos en la pendiente cuesta abajo. Porque hay muchas otras pendientes por venir que son muy emocionantes".

Al comenzar la tercera temporada, la díscola amistad compartida por la estirada Grace y el espíritu libre Frankie las ha llevado a mercadear un producto diseñado para satisfacer las necesidades especiales de las mujeres maduras. Es un vibrador con instrucciones impresas en letras consideradamente grandes y una cabeza giratoria que no agravará su síndrome del túnel carpiano ni la artritis de sus usuarias. La marca: Menage a Moi.

De este modo "Grace and Frankie", entre risas generosas, continúa explorando la vejez mientras se burla del Padre Tiempo.

Fonda y Tomlin (hoy sanas y felices a los 79 y 77 años, respectivamente) son las mejores anunciantes para el mensaje de la serie. Ambas trabajaron juntas por primera vez en una cierta película exitosa hace casi cuatro décadas: "9 to 5" ("Cómo eliminar a su jefe").

Fonda había ido a ver a Tomlin actuar en vivo. "Y me enamoré de ella", dijo. "Yo me estaba preparando para una película titulada '9 to 5' que era seria. Pero después de que vi su espectáculo pensé, 'NO PUEDO hacer una película sobre secretarias si Lily Tomlin no es una de ellas'. Y tuvimos que rehacer por completo la película para que fuera chistosa".

Tomlin dijo que llegó al proyecto con "total asombro" por Fonda, y, refiriéndose a la actuación merecedora del Oscar de Fonda en el thriller de 1971 "Klute" ("Mi pasado me condena"), confesó: "Yo ya había llevado el peinado de 'Klute' por un par de años".

Con su reunión en pantalla para "Grace and Frankie", Fonda dice que Tomlin, una vez más, le "hace bien".

"Vengo de una larga tradición de personas depresivas, y el humor de Lily está siempre a flor de piel. Tiendo a deprimirme, y ella le encuentra la risa a todo. Nos divertimos juntas".

Aun así, la serie también trae sus retos.

En la primera temporada, Fonda se identificó inesperadamente con el abandono que atravesaba su personaje. "Como que destroza" a Grace, dice, y "también a mí, Jane. Desató algo en mí. Fue realmente difícil interpretar a alguien que pasaba por eso".

Recordarlo parece llevar a Fonda al borde de las lágrimas.

O no, argumenta con una sonrisa. "Sólo tengo algo en los ojos".

Y los retos van más allá de lo emocional. Como "trabajar 16 horas diarias cuando tienes casi 80 años", dice Fonda. "Y tenemos que aprendernos nuestros diálogos. Para algunas de nosotras", agrega en chiste mirando directo a Tomlin, "eso es un reto MUY grande".

"¡No tengo NINGÚN problema para memorizar los diálogos!", responde Tomlin sofocada de la risa. "¡Es tan embustera!"

"Lily da tumbos y olvida sus diálogos", insiste Fonda. "Entonces, cuando todo se junta, termina saliendo perfecto. De algún modo hace que se vea tan fresco. Cuando a mí se me olvidan MIS diálogos, siento que soy un fiasco".

"Tonterías", responde Tomlin, y reporta que unos días antes vio un par de episodios "y — ay, lo siento — eres realmente BUENA".

"¿Lo crees?", dice Fonda como sorprendida.

"Ay, sí. Sencillamente estupenda".

"Ah, gracias", dice Fonda claramente conmovida.

sc

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