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1. Stranger Things
Si bien uno de los aspectos más fascinantes de Stranger Things –y el que funcionó como puntapié para cientos de artículos– fue el cúmulo de referencias y homenajes, desde E.T. hasta Under the Skin. La serie de los hermanos Duffer para Netflix fue lo suficientemente astuta como para no dormirse en los guiños reconocibles y narrar una historia con peso propio de profunda sensibilidad. Además de portales, dimensiones y monstruos, Stranger Things trató de la amistad más pura y genuina, con el corazón siempre en la mano y con Millie Bobby Brown, la revelación del año, como su indiscutido as bajo la manga .
2. American crime story: The people V. O.J. Simpson
Al darse a conocer las primeras imágenes de American Crime Story, costaba no pensar a la miniserie como un ejercicio cholulo y superficial, con Selma Blair como Kris Jenner y David Schwimmer como Robert Kardashian. Sin embargo, The People V. O.J. Simpson terminó siendo uno de los mejores dramas del año, en gran medida gracias a que Ryan Murphy se desprendió de sus excesos y les entregó la batuta y el control del programa a Scott Alexander y Larry Karaszewski.
Asimismo hay que destacar la solidez de un elenco afiladísimo que supo brindarles complejidad a papeles que podrían haber sido meras caricaturas. Los ganadores del Emmy, Sarah Paulson, Courtney B. Vance y Sterling K. Brown se erigieron como una trifecta imbatible, cada uno de ellos personificando una arista del complejo caso del cual O.J. salió impune: el rol de una fiscal mujer, el del abogado del diablo y el del aprendiz que creció a la fuerza.
3. Westworld
Cuando se pensaba que en HBO solo movía la aguja Game of Thrones apareció Jonathan Nolan –hermano del realizador Christopher, a quien apuntaló en la mayoría de sus guiones, desde Memento a Interestelar– para demostrar lo contrario.Basada en la película homónima, del novelista Michael Crichton, Westworld abordó una temática muchas veces vista como la de la rebelión de las máquinas (un ejemplo reciente es el film de Alex Garland Ex Machina) pero le inyectó una urgencia y una excitación que la volvió imprescindible y novedosa. Por otro lado, y más allá de nombres importantes como los de Anthony Hopkins y Ed Harris, fue más que interesante ver a la subvalorada Thandie Newton desplegar todo su potencial.
4. The Americans
2016 fue el año en el que The Americans –la brillante serie de Joe Weisberg sobre dos espías de la KGB– obtuvo el reconocimiento que le debían desde hace tiempo, con nominaciones a los premios Emmy y a los Globos de Oro por su cuarta temporada. Sin embargo, la serie protagonizada por la dupla dinamita Keri Russell - Matthew Rhys demuestra excelencia desde su primer episodio, subiendo la vara año a año y logrando que los momentos de sutileza conmuevan tanto como los más explosivos. La cuarta temporada nos dejó la inesperada y sangrienta muerte de Nina (Annet Mahendru), la dolorosa e inevitable partida de Martha (Alison Wright) y la eterna disputa del matrimonio Jennings con su hija Paige (Holly Taylor), a quien la KGB busca reclutar a pesar de la reticencia de su familia.
5. Game of Thrones
No importa qué otro drama aparezca en su camino, el impacto de Game of Thrones se mantiene tan ineludible como siempre. Ya sea por cómo logra que el espectador se implique emocionalmente semana a semana como por hacer de ciertos episodios verdaderos bastiones de la cultura popular, como fue el caso del quinto ("The Door") y del noveno ("Battle of the Bastards"). El drama, basado en la obra de George R. R. Martin, ya se encuentra en pleno rodaje de su séptima temporada, que contará con tan solo siete episodios y que se estrenará a mediados de 2017.
Dato: Game of Thrones obtuvo el Emmy este año por segunda vez consecutiva como mejor drama.
6. The Walking Dead
De cierta forma, The Walking Dead sería como la contracara de Game of Thrones, ya que a pesar de compartir el efecto water-cooler –ese fenómeno que alude a cómo una serie puede generar que un grupo de personas se reúna en su espacio de trabajo para debatir el último capítulo visto– bajó notablemente su calidad. Aunque la presencia de Negan (Jeffrey Dean Morgan) revitalizó el drama y multiplicó los memes, el rating de The Walking Dead cayó como consecuencia del regodeo en la violencia gratuita criticada por los fans. De todas formas, se mantuvo en el podio de los programas más discutidos de 2016, con ese bate del villano como símbolo insoslayable de la séptima temporada.
7. Veep
Luego de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el nuevo showrunner de Veep, David Mandel –quien reemplazó al creador de la serie, el mordaz Armando Iannucci– aseguró que dicho triunfo corría a la serie de la categoría de sátira para convertirla en tan solo una pálida sombra de una realidad muchísimo más inverosímil. Mandel no está equivocado. En su sexta temporada, la comedia comandada por la siempre extraordinaria Julia Louis-Dreyfus tendrá que redoblar la apuesta para estar a la altura del objeto parodiado (política en general, representantes en particular).
Mientras tanto, es imprescindible volver a ver la quinta temporada, en la cual la presidenta Selina Meyer se ve forzada a dejar la Casa Blanca en un cliffhanger tan hilarante como melancólico.
Dato: Veep volvió a ganar el Emmy este año como mejor comedia y Julia Louis-Dreyfus obtuvo la quinta estatuilla por su interpretación de Selina.
8. The Night Of
Luego de su intervención secundaria en Primicia mortal, Riz Ahmed obtuvo un merecido protagónico televisivo en The Night Of, el drama de HBO co-escrito por Richard Price y el gran Steven Zaillian (guionista de La lista de Schindler, Pandillas de Nueva York y Moneyball, entre muchas otras), basado en la serie británica Criminal Justice. Ahmed interpreta a Nasir Khan, un estudiante pakistaní acusado de asesinar a una mujer, y John Turturro es su abogado, John Stone, con quien el joven se enfrentará al sistema judicial americano. Desesperante, compleja y relevante, The Night Of fue magistral desde su apertura con "The Beach" hasta "The Call of the Wild", el último y polémico episodio.
9. Gilmore Girls
Luego de estar fuera del aire por nueve años, Gilmore Girls volvió con un especial de Netflix titulado A Year in the Life, que de algún modo funcionó como una revancha de la creadora de la serie, Amy Sherman-Palladino, quien fuera desplazada de la séptima temporada. En consecuencia, tanto ella como su marido Daniel concluyeron el especial con las famosas cuatro palabras con las que la directora, guionista y productora quiso plantear lo cíclico del vínculo entre Lorelai ( Lauren Graham ) y su hija Rory (Alexis Bledel). Si bien en la historia de Rory se cometieron muchos desaciertos, Palladino sí que supo cómo darle un buen cierre a la tensa relación entre Lorelai y su madre Emily (Kelly Bishop), por lejos el personaje más interesante de una serie sobre la complejidad de los lazos familiares.
10. Orange is the New Black
Luego de una tercera temporada para el olvido, Orange is the New Black volvió con la cuarta para aplastarnos emocionalmente a todos. Como suele suceder en la serie de Jenji Kohan, los primeros episodios transcurren con un cierto letargo propio de la calma antes de la tormenta, y la tormenta llegó con la muerte de Poussey Washington (Samira Wiley), uno de los personajes más queridos del drama de Netflix, que se erigió como símbolo de la lucha por la igualdad y como representante de los nombres por los que tanto ha peleado Black Lives Matter: Sandra Bland, Tamir Rice y Eric Garner, entre otros. Asimismo, ese penúltimo episodio en el que Poussey fallece por la ineptitud del sistema carcelario y una concatenación de malas decisiones, fue dirigido con maestría por el creador de Mad Men Matthew Weiner y resulta aún hoy, meses después de su emisión, completamente indeleble.
msl