Más Información
cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Los Ángeles.— Stranger Things se convirtió poco tiempo después de su estreno en Netflix en un fenómeno de masas. Eso además del éxito implicó para sus actores oportunidades de trabajo, más aún para los niños que se pusieron bajo las órdenes de los hermanos Duffer.
“Somos muy jóvenes y esto nos está tomando por sorpresa, no sabía lo que era tener tantas notificaciones en el teléfono ya que estaba siempre vibrando”, dice Millie Brown, quien interpreta a Eleven, una niña con habilidades psicoquinéticas.
Su compañero de reparto Gaten Matarazzo (Dustin Henderson) coincide con ella al afirmar que cuando leyó el guión pensó que sería un proyecto interesante y nada más. “Pensé que me gustaría porque salgo en él, pero a la mañana siguiente del estreno empecé a tener notificaciones en las redes sociales. Fue una locura”, recuerda.
En un mundo con más de una dimensión una madre desesperada intenta encontrar a su hijo desaparecido, pero en la búsqueda se unen a su manera sus amigos.
Además de aprender de los dotes histriónicos de Winona Ryder (Joyce Byers), los pequeños actores saben que tuvieron de ella una inspiración de lo que podían llegar a hacer en el set, aunque confiesan que en ocasiones era muy difícil no reírse con todo y que estaban adentrados en un thriller. Stranger Things se estrenó el 15 de julio; los actores dicen no tener idea si tendrá una segunda temporada.
“Nos gustaba jugar mucho en el set, pero también entendíamos que si nos pasábamos, podían sacarnos de la serie”, expresó Matarazzo.
Algo que los divierte pensar es que en parte de las grabaciones hacen referencia a los 80, para lo cual tuvieron que familiarizarse con objetos y cultura, ayudados por sus padres.
“Mi papá tenía 16 años en los 80 y me ha obligado a conocer la música de ese tiempo. Me preguntaba por alguien cuando una canción sonaba en la radio y yo decía que era Taylor Swift, pero ahora ubico más”, contó divertido Gaten Matarazzo.
Millie Brown acepta que ciertas cosas le parecían extrañas, aunque ahora le da valor. “El walkie talkie fue la cosa más rara. En una escena tenía que sacar la antena y la dejamos tan larga que sucedieron cosas que no estaban escritas y las dejaron”.
