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jesus.diaz@clabsa.com.mx
Texas.— Una joven se enamora de un narcotraficante de poca monta, éste muere y ella huye. La vida le da la espalda pero ella se adapta y, al tiempo, se convierte en "La Reina del Sur".
Otra mujer, actriz mexicana, interpreta a ese personaje para una telenovela, es contactada por el delincuente más buscado del mundo quien parece embelesado. Intercambian mensajes; él es detenido.
En Estados Unidos están sorprendidos de que la segunda historia sea real, lo han visto en las noticias mientras filman en Texas Queen of the South, la versión local del libro de Arturo Pérez-Reverte. También están agradecidos, pues esta clase de publicidad elevó las expectativas de esta historia.
“¿El Chapo también se podría enamorar de mí? Lo siento pero yo ya tengo a Pablo Escobar”, bromea la brasileña Alice Braga, quien hace una pausa en el set de filmación para hablar con EL UNIVERSAL.
Ella da vida al personaje que encumbró Kate del Castillo, Teresa Mendoza, que verá la luz este jueves en el canal USA Network y el 6 de julio en Latinoamérica a las 23:00 horas por Space.
Al decir Pablo Escobar, Braga hace referencia a su compatriota y uno de sus mejores amigos, Wagner Moura, quien interpreta al narcotraficante colombiano en otra producción estadounidense sobre al tráfico de drogas, Narcos.
Ambas series son una prueba de que el boom de historias de narcotraficantes ya traspasó fronteras.
En este caso, la tropicalización es más marcada: la protagonista en vez de huir a España, como en la versión original, se va a Texas. Acá no está sola, sino que la apoyan su hija, una amiga y otra narcotraficante, Camila Vargas, que trabaja desde Estados Unidos.
“Nos enfocamos en el empoderamiento femenino, aunque sea el del mal camino. Teresa antes que nada es una mujer que padece las circunstancias adversas pero, lejos de victimizarse, se adapta y lucha. Cuando leí el libro, hace como 10 años, es lo que más me enamoró de Teresa, que es una mujer fuerte”, considera la protagonista.
Pero matizar el sentido de esta historia no la hace ajena a lo que se vive en la frontera, a escasos kilómetros del set. Cuando se habla del narco y sus consecuencias, la actriz prefiere evadir el tema: “Es algo tan personal y delicado, que prefiero no hablar más de ello”, dice.
No todos lo eluden, la mexicana Verónica Falcón, quien interpreta a la líder del cártel, analiza el gusto creciente por las historias de narcos que ahora ha permeado en el lado norte de la frontera y en otros países que no son hispanoparlantes.
“Lo controvertido es que tenemos empatía hacia estos personajes”, reconoce. “Quizá sea porque no son perfectos, están inmersos en un mundo corrompido, toman malas decisiones, comenten errores y luchan para sobrevivir. Acá no hay uno solo bueno.
“Hay que admitir que mafia y los narcos son un mundo interesante, tienen poder, amor, venganza, corrupción, consecuencias, porque verán las consecuencias. Eso es muy entretenido, creo que como mexicana lo puedes disfrutar tanto como un estadounidense”.
El portugués Joaquim de Almeida da vida al líder del cártel de Sinaloa, don Epifanio Vargas (que en la versión de Telemundo fue interpretado por Humberto Zurita); coincide en que la decisión de hacer la historia para el público anglosajón fue acertada.
“Es obvio que hay más relación si nos enfocábamos en la frontera, la esencia será la misma pero lo que ocurre entre Estados Unidos y México lo hace más creíble y cercano”.
El actor mexicano Gerardo Taracena es quizá el más sensato del set. Considera que esta adaptación obedece a un gusto similar al que en su momento se tuvo por historias de la mafia, como la de El Padrino. Recuerda que estos temas no son nuevos, fueron abordados desde los 70 en películas de los hermanos Almada o en los narcocorridos.
“No creo que la ficción afecte la realidad, son cosas diferentes. Quizá la gente en este país se dé una idea de este mundo, pero el principal problema tiene que ver con la oferta y demanda. No creo que con esta serie ellos cambien su idea de que las consecuencias al ser principal mercado de drogas”.
Los actores esperan estar a la altura de las expectativas, independientemente de qué tipo de individuos desborden pasiones con su historia: “Es raro pero los delincuentes ven tv, no sólo El Chapo, mucha gente que vive en estos mundos y también cualquier persona que llega de su trabajo habitual, todos tienen la oportunidad de ver esto”, admite Falcón.