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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
La hermana Flor, religiosa que ha cocinado en Roma; Marlene, estudiante de gastronomía; y Alan, un lavalozas de restaurante, dirimirán esta noche quién gana el reality show Master Chef México de TV Azteca.
A lo largo del show han demostrado que los alimentos son parte esencial de su vida, pero como todos, han tenido algunos momentos en que la comida no ha sido buena para ellos.
Previo a la emisión final, los tres aceptaron platicar con EL UNIVERSAL acerca de temas alusivos a la cocina.
Ante el concurso final, uno de ellos se encomendó a Dios (la hermana Flor) mientras que los otros aceptaron estar nerviosos por el momento.
Sinceramente ¿cuál es la comida que no les gusta?
Hemana Flor: ¡Los sopas caldosas!, eso de estar cuchareando nada más, no me gusta. Pero eso no quiere decir que no coma cosas como spaghetti o así, digo, vean mi figura gordita (risas).
Marlene: Los cueros en vinagre nunca me agradaron por su textura y por ese sabor que tienen.
Alan: Los sesos, por más que le intento, no salen; cuando era niño nunca los probé y ahora ya de grande intenté, pero no.
¿Cuántas veces se han enfermado por comer cosas?
HF: De chica me enfermé por comer fruta verde. Ahora de grande me ha pasado por comer cacahuates, pero me gustan mucho y no los dejaré de comer nomás por eso (risas).
M: Unos tacos que me dieron y yo creo que habrá sido por falta de higiene, fue un dolor de estómago terrible lo que me dio.
A: Pues yo tengo un estómago muy fuerte y no recuerdo algo así.
A los doctores les pasa que cuando se encuentran a un conocido siempre les piden una receta, ¿en reuniones a ustedes les solicitan secretos o consejos para cocinar?
HF: Me preguntan cómo hago la salsas y pues es (una receta) muy sencilla, por fortuna les ha gustado mi sazón por el cariño que le pongo al hacerlas.
M: A veces me piden recetas o tips sobre cómo mejorar los ceviches o así; es algo que no me molesta compartir porque así como mis maestros me pasaron sus recetas, no hay que ser egoísta con lo que sabes.
A: De repente preguntan, pero antes yo pregunto en el programa si puedo o no compartir los secretos para no hacer las cosas mal (risas).
¿Cómo les ha cambiado la vida salir en televisión?
HF: Me ha dado más trabajo del que tenía. Pero lo de la fama no me importa. Los chicos que van a ser sacerdotes me llegan a decir que yo soy famosa pero les respondo que me van a enfermar con esa palabra, solo Dios me dio el talento de cocinar.
Y antes tenía un celular de esos que cuestan 300 pesos, al que sólo le salían y entraban mensajes y llamadas, ahora me acaban de dar uno con más cosas, pero ni lo sé usar.
M: La gente me reconoce y piden tomarse una fotografía conmigo. Esos detalles son lindos, es bueno que pase eso y que te echen porras.
A: Pues lo único que ha cambiado es que muchas personas están contentas y me apoyan en el concurso. No sé qué vaya a pasar después del reality; en el restaurante donde estaba (de lavaplatos) todavía no me han dicho nada de si quiero cocinar.
¿Qué piensan de que para mucha gente, los reality shows ya están arreglados y no gana el más talentoso, sino que es un concurso de popularidad?
HF: ¡A mí me ha frustrado! Yo pensé que ganaban Gina o Carmen (ex participantes) pero ya salieron, fueron expulsadas antes; ahora no puedo dar un pronóstico porque los otros dos están muy fuertes.
M: Nunca había visto un reality, no les ponía atención, pero cada quien tiene sus creencias y si alguien piensa algo, que se meta a uno.
A: Creo que no hay nada preparado y críticas siempre habrá.
En ese sentido, ahora una de las favoritas en redes sociales es la hermana Flor, que es monja desde los 16 años y que vivió 40 años en Roma.
Quiere ganar, dice, para donar el dinero a obras benéficas y ayudar a su congregación, pero los tapatíos no se la pondrán fácil.
Master Chef concluye hoy a las 21:00 horas por Azteca 13..