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janet.merida@eluniversal.com.mx
Cuando intentaron hacer una carrera profesional en periodismo o en la televisión, sus propuestas no encajaron. Desempleados, El Escorpión Dorado y Galatzia buscaron un espacio para hacer los videos que les gustaban y lo encontraron en Internet.
Hoy ambos superan el millón de suscriptores en YouTube y han hecho rentables sus videos —varios de ellos polémicos—, y son invitados por marcas de productos, festivales y hasta televisoras que ahora sí tienen un lugar para ellos.
Es la realidad de muchos vloggers, entre los que se incluyen Yuya y Werevertumorro, y viners que, no es que tampoco hayan intentado ejercer una profesión “común”, pero descubrieron en la web algo mejor.
Alejandro Montiel, El Escorpión Dorado es “un mamarracho mirrey con máscara de luchador” (sin ningún tono dorado, por cierto) que en sus videos invita a personalidades del espectáculo, como Jaime Camil, Eugenio Derbez, Martha Higareda y Luis Gerardo Méndez para entrevistarlos en un tono sarcástico, burlón y con unas cuantas groserías por segundo. Tiene 1.7 millones de suscriptores.
Montiel fue invitado a colaborar como host de Neftlix.
En la misma plataforma, pero con un humor completamente distinto, está Cid Vela, mejor conocido como Galatzia; La pinshi diosa de peluca rosada habla en sus videos de lo que todos hemos odiado alguna vez de las telenovelas, del cine, de los nuevos teléfonos, del transporte público y hasta de las tiendas Oxxo.
Tiene 1.6 millones de suscriptores pero sus videos rebasan los 7 millones de visitas. Gracias a su personaje, Galatzia recorre el país haciendo shows y recientemente la UFC —Ultimate Fighting Championship— la invitó a hacer videos en Brasil con el peleador Fabrício Werdum.
¿Qué puertas se les cerraron? Antes de ser Escorpión, Alejandro Montiel estudió en la Escuela de Periodismo Carlos Septién.
Cuando vio que sus compañeros no encontraban trabajo, tocó puertas hasta quedar en Televisa y luego se fue a TV Azteca para ser parte de Famosos en jaque delante y detrás de cámaras. Ahí vio su realidad.
“En algún momento en todos los programas te decían: la semana que entra ya es tu último programa. ¿Por qué? Porque sí, porque alguien nos dijo que alguien le dijo que no funcionaba, entonces todo lo que tú estabas invirtiendo, tus ideas, tu creatividad, todo se va a la goma; como no ibas con los intereses de la empresa... Eso se terminó con YouTube”, dijo a EL UNIVERSAL y recordó que, por cierto, nunca renunció formalmente a Azteca, simplemente dejó de levantar la mano.
Todavía no existía la plataforma para subir su propio contenido a la web.
“Teníamos que esperar a que alguien nos diera ‘permiso de’, que alguien confiara en nuestro talento, que alguna radiodifusora, algún periódico o revista dijera: ‘te doy chance de que tú empieces a desarrollar tu carrera aquí’”.
La idea de hacer videos nació hace casi 10 años, cuando ayudaba a su hermano Werevertumorro con su vlog. Se dieron cuenta de que el número de fans crecía pero también el número de haters o gente que los insultaba.
“Decidimos que todo lo que le decían a mi hermano lo íbamos a caricaturizar a través de este personaje y me imaginé cómo sería una persona así: nunca se equivoca, siempre tiene la razón, tú eres un pend... y yo soy bien chingón, yo soy un dios. Algunos no le entendieron a la burla y otros encontraron carisma o encontraron una catarsis en ese personaje y comenzó a tener fans”.
En el video que hace con Martha Higareda, Escorpión le dice “¿Eres Martha Higareda? ¡Es que no te reconocí con ropa!”.
“Todo lo que le dicen a Derbez y a Higareda lo saben, pero nadie se los dice en la cara, y ellos aceptan participar... La parodia del hater sirve para que el atacado en cuestión responda a los troles”. Más adelante, dice, le gustaría hacer una clase de debate con los candidatos de cada partido político para decirles cosas que la gente piensa.
De actor a vlogger. Cid Vela quería ser actor, así que cursó la carrera en CasAzul, de la productora Argos.
“Hice un par de cosas como comerciales, intenté hacer castings pero realmente no me quedaba en nada, como que no daba el perfil; muchas veces me decían que para la tele estaba muy feo y para otras cosas no y no me escogían para nada, entonces decidí yo mejor seguir haciendo lo mío (videos) y funcionó”, explicó Galatzia.
Empezó en Internet hace 15 años con una caricatura, Killer Pollo, que mandaba por correo y se popularizó, pero el éxito le llegó hace cinco, con una broma. “Un día se me ocurrió ponerme una peluca rosa e inventar una canción que se llamó ‘Tachas y perico’, y ahí empezó este viaje que es Galatzia”.
La canción supera los 13.7 millones de visitas y la diosa no sólo canta sino que hace videos de “las cosas que le ca...”
“Así se fue dando, es irreverente, es políticamente incorrecta, habla de cosas que a veces la gente también piensa pero no dice”.
Con el éxito en sus canales vino la monetización. “Ahora me va mejor. Al principio en los shows cobraba muy poquito pero vivía con eso. No tiene mucho que pagan y puedo vivir de ello”.
Las ganancias en YouTube dependen del número de visitas a los videos, del tipo de publicidad que se contrate y del partner que tengan en la plataforma. Una fuente del canal explicó que pagan 60 centavos por cada mil reproducciones, lo que significaría poco más de 8 mil pesos por un video de 13 millones de visitas; si realiza al mes cuatro con esos resultados, son 32 mil pesos.
Esto se suma a las ganancias fuera de la web; en noviembre, Galatzia ofrecerá un show en El Plaza Condesa.
Paradójicamente, ahora la televisión lo llama. “Me invitaron para ser conductor de Big Brother, para Parodiando y todas esas cosas; obviamente y cortésmente les dije no. La tele mexicana es realmente deprimente; no estoy peleado con la tele, estoy peleado con las cosas chafas y malas”.
La actuación, dice, quedó en el pasado y no la echa de menos.
“Agradezco mucho que todos me hayan dicho no porque en lugar de hacerme sentir mal, me fortalecí y me hizo hacer otras cosas. Ahora eso es al revés, ellos me buscan y jugamos más con mis reglas que con las de ellos”.