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Gustavo Loza se adelantó a su tiempo. En 1999 coprodujo junto con Patricia Arriaga, Camino a casa para Canal Once y, aunque elevó el rating, sólo quedó en un experimento.

Pasaron seis años para que regresara a otra producción como director (El pantera) y transcurrieron otros cinco para cuajar Los Héroes del Norte, convertida en éxito: tres temporadas, estando en estudio una cuarta y la producción de un filme.

A través de una página en Internet (que hoy contabiliza más de un millón de seguidores), fue afinando personajes de acuerdo a los comentarios del público.

“Hablaba como los personajes y respondía la gente, me dormía a las cuatro de la mañana contestando; odiaban por ejemplo a Apolinar (Humberto Busto) porque siempre estaba enojado y dije, bueno, ¿y si lo emborrachamos?.

“También a Márgara (María Aura) no le soportaban que fuera tanto de cascos ligeros y maltratara a Apolinar, así que fuimos suavizándola”, recuerda Loza.

Para la segunda temporada hubo tensión, reconoce. Los egos, la petición de más dinero y el éxito abrumador, complicó las cosas.

“Había que bajarle tres rayitas todos y finalmente nos dimos cuenta que no íbamos a llegar a nada así, me parece que al final ya nadie quería saber nada, pero a la tercera hubo madurez de cada uno de nosotros y fue un placer, ahora, todos esperamos la película, hasta El Recodo (grupo) ya dijo que entra”, destaca.

Tiene claro que la versión cinematográfica debe dar un paso más adelante y no ser únicamente un capítulo de hora y media, como ha ocurrido con producciones de EU.

“A lo mejor es lo más importante de nuestra vida (la serie) y no lo sabemos, a lo mejor sí, a lo mejor no, pero la gente quiere reír, divertirse.

“No podemos saber por qué una no funcionó, pero sí con las que tuvieron éxito y bastó saber qué las conectó con el público”, considera.

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