Más Información
Tras propuesta mexicana, ONU adopta resolución histórica para negociar convención sobre prevención de crímenes de lesa humanidad
Fiscalía de Michoacán identifica a autores materiales del secuestro del empresario Valdemar Tariácuri; serían parte de una cédula del CJNG
Sheinbaum destaca importancia de Fuerzas Armadas en su administración; encabeza aniversario de la Consolidación de la Independencia del Mar
Patricia Aguayo, vocera de trabajadores del PJ, se postulará como magistrada; verificará que no haya “mano negra”
“México ha dejado de ser un Estado de derecho", dice catedrático de universidad en España; critica reforma judicial
PAN oficializa en Senado la desincorporación de Yunes Márquez; Mesa Directiva seguirá con el trámite
Para Carlos Espejel fue crucial la noche en la que acudió al programa de Jacobo Zabludovsky imitando a 'Cantinflas', por ahí del 82, cuando apenas tenía ocho años.
Esa ocasión habló por teléfono y al aire con su ídolo, Mario Moreno, quien lo felicitó por su trabajo y motivó a seguir adelante.
También recuerda que terminando su participación salió de ahí y se fue a un foro contiguo a llorar de la emoción, pues “bien que mal nosotros sabíamos el tamaño de responsabilidad que era estar en ese noticiero” y que en su improvisación al aire dijo dos veces a Zabludovsky: “¡No me interrumpa, chato!”
Pero esa no fue la única vez en la que coincidió con el periodista; la siguiente se dio unos años después, cuando estaba en el programa 'Chiquilladas', donde imitaban el noticiario 24 Horas.
“Grabamos Chiquilladas en el 85, el día 18 de septiembre, uno antes del terremoto, y para celebrar el aniversario de 24 Horas nosotros le llevamos un pastel al edificio de noticieros de Televisa; un día después, el 19, se cae el noticiero, se cae ese edificio junto con el otro en el que grabábamos”.