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Faltan alrededor de 72 horas para que oficialmente el telón del musical Billy Elliot se levante, pero el elenco ya vivió la adrenalina de dar funciones al público la semana pasada con los ensayos generales, fue ahí donde Hernán Mendoza tuvo su primera experiencia real como actor de musicales, logrando conquistar a la gente con su interpretación del papá de Billy.

“Cuando veo a mis compañeros digo: ¿Cómo pueden hacer esto? Ahora lo entiendo porque, al ver la reacción del público que recibe el espectáculo de una forma tan generosa y emocionados, te llena el corazón y dices vale la pena todo el esfuerzo, el trabajo que le hemos metido. Estoy feliz, es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, expresó Mendoza, quien en 25 años de carrera como actor, nunca había estado en un musical.

Minutos antes de que dieran la segunda llamada, en el área de camerinos del Centro Cultural Teatro II todo era bullicio y movimiento pero Hernán caminaba por los pasillos tranquilo, repasando en su memoria algunos diálogos; llegó a un sillón, tomó asiento y charló con EL UNIVERSAL.

En la plática reveló que estar ahí se lo debe a la confianza que le tuvo Alejandro Gou, el productor, porque él no es cantante, ni baila, requisitos indispensables para esta clase de teatro.

“Luchó porque estuviera aquí y lo logró, estoy muy contento y con mucha admiración de mis compañeros, estoy impresionado por el gran trabajo que es hacer un musical y sobre todo de este nivel y estoy tratando de estar a la altura de las circunstancias”.

Durante esa noche, Hernán logró un personaje entrañable que conectó con el público, que al final le dio una de las ovaciones más fuertes durante los agradecimientos.

“He tratado de hacer personajes que me llenen, que me llamen, que sienta que aporto de alguna manera algo y esta es una coronación también, porque lograr de ese personaje duro, tieso y misógino, alguien sensible al grado de apoyar con todas sus fuerzas a su hijo, es una gran oportunidad para cualquiera y, la verdad, el papá de Billy Elliot es un dulce delicioso que muchos actores, estoy seguro, morirían por hacer”.

Tal vez este papá tenga mucho de Hernán Mendoza, porque dos de los niños que interpretan a Billy Elliot contaron que tienen un detalle muy especial con él en cuanto lo ven entrar al teatro.

“Lo vemos como nuestro papá, incluso llegamos y le decimos ¡hola papá!, afuera es Hernán, pero en el teatro ya es nuestro padre. Pasa mucho tiempo con nosotros, nos divertimos con él”, explicó Demián Ferráez, quien tiene 12 años y proviene de Mérida, Yucatán. “A mí me dio un consejo de no tener nervios, de sentirte libre en el escenario”, exclamó el veracruzano Aarón de Jesús Márquez, que también tiene 12 años de edad.

“Es que directa o indirectamente este experimentado actor ha enseñado muchas cosas a estos niños, como darle a su personaje un poco de su personalidad, tanto como lo permita el libreto.

“Aprendes mucho de él sobre cómo actuar, en vez de estar siendo un robot y hacer lo que te dicen, le pones tu propia semilla al papel”, dijo Demián.

Al verlos con él en el escenario se puede ver de inmediato la empatía que hay, así les toque ser Billy Elliot o parte de los niños del ensamble, ambas partes te arropan, por eso un actor de la trayectoria de Hernán siente sólo agradecimiento y admiración hacia ellos.

“Son unos niños increíbles, talentosísimos, inmediatamente me adoptaron de papá, llegas y te abrazan todos, te entregan mucho amor. La capacidad que tienen para estar arriba del escenario me tiene asombrado, la verdad es que sacan la casta los chamacos, me tienen enamorado tanto los niños como las niñas que participan, son extraordinarios; no sé cómo le hicieron para conseguir este casting, pero es sensacional, pura gente talentosa. Me hacen sentir que llego a casa y que tengo 30 hijos”.

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