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janet.merida@eluniversal.com.mx
El escenario del teatro Sergio Magaña se convierte cada miércoles y jueves en un altar de muertos. Se ve el papel picado de calaveritas y algunas veladoras. En una pantalla al fondo pueden leerse fragmentos de uno de los clásicos de la literatura, Hamlet, obra que está a punto de comenzar, pero que es completamente distinta a lo que podría pensarse, es una re significación de la obra de Shakespeare con elementos mexicanos: el canto cardenche (un canto de lamento nacido en la región lagunera) y el son jarocho.
Se trata de Veneno/Hamlet, puesta en escena dirigida por Alberto Santiago. A través de siete canciones la obra muestra la historia del joven cuyo padre acaba de ser asesinado por su tío. Un mes después del asesinato, la madre se ha vuelto a casar y vive una fiesta mientras Hamlet se sume en la oscuridad. De pronto, el fantasma de su padre se le aparece pidiendo venganza.
El director utiliza el son jarocho para representar a su madre y a su tío mientras que el canto cardenche acompaña a un Hamlet deprimido. Alberto Santiago, el protagonista, expresó:
“Trabajamos mucho en la parte del veneno, ¿qué te metió a ti ese veneno?, lo que queremos decir es que Hamlet es una persona lumínica, viene de estudiar la universidad, puede hacer muchas cosas, es muy inteligente, pero en vez de utilizar eso para crecer, aportar y estudiar lo usa para matar”.
Un títere de gran tamaño le da vida a Hamlet mientras que el fantasma aparece en forma de toro, todo haciendo referencia al Xantolo (palabra náhuatl que significa celebración de todos Los Santos).