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El productor Omar Suárez gritando desde atrás de la reja de entrada del Teatro San Rafael: “¡Nos tienen secuestrados!”.

Así terminó el día de estreno de la obra Amor Eterno con canciones de Juan Gabriel modificadas. En realidad, Suárez no podía salir del teatro porque el Instituto de Verificación del Distrito Federal colocó sellos de clausura. Pero el público que asistió a la función salió con normalidad por la puerta trasera del teatro, algo que él podía haber hecho.

La producción de Suárez cumplió con presentar las dos primeras funciones a pesar del veredicto de suspensión que emitió el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) por instrucción de la Delegación Cuauhtémoc.

Durante más de cuatro horas, seis verificadores estuvieron en el teatro y luego la directora Jurídica y de Gobierno de la delegación Cuauhtémoc, Zuleyma Huidobro, dio por clausurada la obra, aunque los sellos se pusieron hasta el final de la segunda función para evitar una confrontación entre autoridades y el público.

La versión del lado de la producción no es tan tersa. El público invitado a la función inaugural entró al teatro a las 16:15 horas para ser parte de la historia protagonizada por Mauricio Martínez, Ernesto D’Alessio, Gloria Aura y Dulce, entre otros.

En principio, representantes legales de la producción se opusieron a que seis verificadores ingresaran al Teatro San Rafael, aunque minutos después, lo permitieron.

Pasadas las 19:00 horas llegó la directora jurídica y de gobierno de la delegación Cuauhtémoc, Zuleyma Huidobro, quien informó que después de recibir una denuncia por parte de la Sociedad de Autores, la delegación Cuauhtémoc solicitó al Instituto de Verificación Administrativa (Invea), llevar a cabo una supervisión.

Huidobro afirmó que la Cuauhtémoc cuenta con cinco documentos donde la Sociedad de Autores no acredita la autorización para llevar a cabo ningún tipo de espectáculo público relacionado con las canciones del cantante Juan Gabriel, quien falleció el 28 de agosto pasado.

“El viernes quisieron sorprender a la delegación (la productora Mafe) al presentar un aviso del espectáculo público. Ese mismo día, la Sociedad presentó una denuncia para que la Cuauhtémoc suspendiera la obra”, señaló la directora.

De esta forma la funcionaria anunció el veredicto de clausurar y suspender la obra, mientras que la ejecución quedaría en manos de los representantes del Invea.

El escándalo. Tanto los representantes legales de la producción como Omar Suárez siempre sostuvieron que contaban con los documentos necesarios para llevar a cabo la obra teatral. El productor expresó que él no tiene nada contra la familia de Juan Gabriel.

Según los abogados de Suárez, el proceso que tanto el Invea como el gobierno delegacional emprendieron no fue el correcto. “No se realizó una completa verificación”, expresó Francisco Díaz, defensor.

Alegaron que ninguno de los representantes delegacionales contaba con identificaciones que los acreditara como servidores públicos y que las actas estaban mal redactadas.

Mientras los dimes y diretes estaban a las afueras del teatro San Rafael, adentro las funciones se llevaban con normalidad. Los actores presumieron de sus voces al interpretar temas de Juan Gabriel como “Así fue”, “Noa, Noa”, entre otros, y en cuya escena final el personaje de Pablo Montero asesina a una mujer.

En tanto, Omar Suárez estaba indignado por la forma en la que las autoridades condujeron el caso.

“Lo que están haciendo estas personas es completamente arbitrario, no es competente de la delegación. En este momento en el que el país tiene tanto caos y sin fuentes de trabajo, el gobierno está en contra de las fuentes de trabajo. Convoco a todos los sindicatos, a los sindicatos de los tramoyistas, a la ANDA, a todos los sindicatos que se quieran sumar”, dijo el productor teatral. Frente medios de comunicación dijo que procedió conforme a derecho y aclaró que la delegación está a favor de la cultura pero también de la legalidad.

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