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Para Adal Ramones su debut en la puesta en escena El Joven Frankenstein tiene un sabor agridulce por dos razones: primero, porque es uno de los musicales en los que soñaba trabajar, y segundo, porque será la primera vez que suba a escena en un gran proyecto y su madre, la señora Teresa Martínez, no estará ahí.
“Va a ser la primera obra de teatro en la que no va a estar mi mamá, y sí pesa, porque estreno dos días después del Día de las Madres, siempre le mandaba su boleto de avión y estaba aquí, es fuerte. Esto definitivamente es para ella. Mi mamá llegaba al camerino y me daba la bendición, al final decía yo, ‘aquí está mi mamá’”, dijo Ramones un poco consternado.
Aunque sabe que sus hijos Paola y Diego van a estar con él cuando se abra el telón del Teatro Aldama este 12 de mayo, para el también conductor las cosas jamás serán igual, porque dice, sabe que sus padres no lo estarán esperando al final de la función para felicitarlo e irse a cenar juntos.
“Son de esas cosas que dices: ‘lo logré y no estás para verlo’ y duele mucho, pero las cosas las vas cumpliendo y ahora se las cumples a tus hijos, pero que increíble que tuvieras a la gente que quieres por mucho tiempo”, expresó Adal recordando que en algún momento le hizo una promesa a su padre, montar la obra Sueños de un seductor, y lo logró.
Entre las cosas que le hace recordar más a su mamá en este momento, es cuando llega temprano al Teatro Aldama para tomar sus clases de tap, porque ella siempre le insistió que se preparará en dicha materia y nunca hizo caso, ahora batalla un poco con los números de tap que tiene su personaje del doctor Frankenstein en la obra.
“Yo llego en la mañana y es baile, baile, baile, al grado de que me duelen músculos y tendones que desconocía que tenía el cuerpo humano. Es hacer tap en 10 u 11 ensayos, obviamente las horas de tap son más largas y lo resientes, pero me siento muy feliz, es otro sueño que realizo, estar en un musical de gran calidad”, dijo el actor tocándose la pantorrilla un poco lastimada.
Pero para Adal todo vale la pena, porque es una de las dos obras de Mel Brooks que ama, la otra es Los productores la cual tuvo la oportunidad de protagonizar en 2007.
“Me tocó un elenco muy lindo y fue una gran producción, pero cuando terminó pensé que a la otra que le traía ganas era a El joven Frankenstein, y vean todos los años que se tardó en llegar”, contó.
Ramones comentó que desde el principio tenía cosquillas de plantearle al productor Alejandro Gou que alternaran él y Freddy Ortega el personaje, pero por la carga de trabajo que él tenía no se pudo dar, hasta que un día se dio el tiempo de asistir a una función y pasó al camerino a felicitar a los Mascabrothers; para su sorpresa ellos lo invitaron a integrarse al musical y sin pensarlo dijo que sí.
Hasta el momento lleva 10 ensayos, en los cuales ha tenido que trabajar a marchas forzadas, tanto para aprender el libreto como para lograr montar los números de baile, esto debido a que es una corta temporada lo que tiene este musical.
Sabe que no tiene nada fácil la tarea de darle otro giro al personaje que hace Freddy Ortega, pero señaló varios puntos que le darán una visión diferente del doctor Frankenstein a la gente.
“Los dos tenemos estilos distintos de actuación, traté de no ver a Freddy porque de repente puedes copiar un tonito de voz, pero somos muy diferentes incluso para hablar, además tengo otra clase de comedia corporal. Cada quien le mete de su cosecha aunque el texto sea el mismo, los dos hacemos dos Frankenstein distintos”.
Una de las ventajas que dijo tener el actor, es una memoria casi fotográfica, que le ha permitido avanzar con el aprendizaje de sus diálogos, además de que no necesita tener una gran voz para cantar los temas de la obra.
“No puedes pedirle potencia a un actor de comedia, en una obra que no es estrictamente para cantantes, no es El fantasma de la ópera o Los miserables, tienes que llegar a la nota, estar entonado, afinado, pero sobre todo interpretarlo como se debe hacer un personaje de comedia como éste”.
Entre los planes que tiene a futuro Adal Ramones, es el volver a montar Sueños de un seductor.