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Su tiempo en la puesta en escena Los Bonobos terminó; así lo anunció la actriz Zuria Vega durante la develación de placa por las 100 representaciones de la obra, realizada el jueves en el Teatro Banamex Santa Fe.

“Yo ya me despido, se acabó un ciclo para mí, gracias a mis compañeros, porque hice buenos amigos, y sobre todo a ti Morris Gilbert, porque es bien bonito trabajar con alguien que quiere tanto lo que hace”, dijo entre lágrimas Zuria al finalizar la función.

Zuria explicó que su salida ya estaba contemplada desde el inicio de este proyecto, debido a que ya tenía programados ciertos compromisos profesionales, entre ellos una película de la cual no quiso adelantar nada, y personales que no podía postergar.

Quien se encuentra un tanto contrariado por esta despedida es su esposo Alberto Guerra, con quien compartió por primera vez el escenario gracias a Los Bonobos.

“Esto es triste, para mí esta obra tiene mucho o todo que ver con Zuria, nos hablaron para hacerla juntos, la ensayamos juntos, nos hemos peleado y encontentado aquí, pasamos de todo, para mí va a ser otra cosa de obra, no la entiendo muy bien sin Zuria”, comentó Guerra.

El actor explicó que llegó un momento en que el único lugar donde se veían era durante los ensayos o funciones de la obra, ahora la última vez que compartan escena será el 1 de noviembre, cuando su esposa diga adiós, algo que él hará un mes después.

Para la función de las 100 representaciones el productor Morris Gilbert invitó como madrinas a Paty Chapoy y Bianca Marroquín. “Somos muy privilegiados en México por esta obra, pero el aplauso que arrancan de nosotros es para el grupo de actores que lo hacen muy bien”, dijo Chapoy.

“Felicidades, yo sé lo cuesta hacer tantas funciones, hacer teatro en este país y que venga la gente”, expresó Bianca Marroquín antes de la develación que puso fin a la noche.

Por su parte Morris Gilbert aprovechó la ocasión para reconocer la labor de esta compañía, que según sus palabras, no la tuvo nada fácil para lograr las risas y atención del público, que esa noche llenó las 521 localidades del recinto.

“El teatro es efímero, como todo en la vida que empieza y termina, la función que ustedes vieron hoy es única e irrepetible, aunque sean los mismos actores la energía y la magia es diferente. Hoy somos una gran familia, que luchó mucho para levantar esta obra y que cada gag funcionara, que la historia marchara como debía, no fue nada fácil y estamos muy orgullosos del resultado”.

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