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A unos días de terminar temporada, el elenco de la puesta en escena Sólo quiero hacerte feliz comienza a sentir la nostalgia al dejar atrás un proyecto que significó tantos retos, pues al ser una trilogía (En la sala, En el comedor y En el jardín) había que tener claro el rol en cada uno de los puntos de clímax.

“Es parte de la naturaleza del quehacer ya que tenemos relaciones muy intensas que duran, las amistades no se acaban”, explicó Roberto Duarte.

De su cierre, el 25 de octubre, Pablo Perroni afirma que gozaron el proceso del que siempre encontraron cosas diferentes al texto escrito por Alan Ayckbourn, sobre todo al tener una relación directa de poder descubrir pistas con las otras dos obras.

“Eso lo hace también muy cansada. Tenemos la misma anécdota y personaje así que en los textos se dice la misma información de distinta manera porque están escritas para ser vistas independientemente; puede llegar a ser confuso”.

Durante un backstage donde la que ocupó más tiempo en peinarse y ponerse base de maquillaje y rímel fue Mariana Garza, explicaron que el llegar a 200 representaciones después de 21 semanas en el Foro Lucerna es todo un logro. En el personaje de Garza, Ana, puede verse a una mujer criticada por estar sola y no cuidarse.

“Al principio de la obra salgo con el pelo recogido y prácticamente sin maquillaje, después la mandan a que se arregle. Es uno de los rasgos característicos, que no se arregla, no tiene interés en verse bien y prefiere estar cómoda; le critican su suéter que le regaló su papá en Navidad cuando era chiquita y no se lo quita”, dijo.

La historia cuenta los enredos amorosos de una familia, pues la más chica cuida a su madre en cama mientras accede a salir con su cuñado y piden al matrimonio de otros de sus hermanos que cuiden a su madre por un fin de semana, aunque resulta que la esposa de su hermano tampoco es feliz y también es seducida por el esposo de su cuñada.

“Creo que el tema principal es que cada uno de estos seres son infelices y lo aguantan, cada uno con sus circunstancias. Se puede ver la soledad de cada uno de los personajes, la miseria del ser humano y el guardar apariencias tiene tanto humor que los personajes se hacen entrañables, el público puede tomar partido e identificarse”, expresó Anahí Allué.

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