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En los inicios de su carrera, Oskarín y Joss, mejor conocidos como Los Destrampados trabajaban en circos sin paga y sobrevivían de vender pelotitas en los intermedios, incluso, su hogar era una casa de campaña dentro del circo en donde entraba la lluvia y el frío.
Hoy, estos chicos suman cuatro años trabajando en Venga La Alegría, realizan más una serie de conferencias sobre el arte circense además de un show itinerante que celebra 13 años de carrera y todo eso con un sólo objetivo: dignificar el arte de ser payaso.
“Tenemos que dignificar al payaso porque la palabra payaso es algo despectivo y en ocasiones es una palabra que se usa para sobrevivir, por ejemplo dicen: ‘Uy no tengo trabajo’ y te responden: ‘¡pues vete de payaso!’, nosotros tenemos que limpiar, tenemos que mostrarle al público que no es cualquier cosa, que hemos estudiado; tenemos la misión de dignificar al payaso y de poner un granito de arena”, dijo Oskarín.
Los hermanos han tomado clases con grandes payasos como Aziz Gual y David Larible, lo que les ha dejado grandes enseñanzas como la de jamás burlarse del público, algo que suelen hacer muchos que se caracterizan de payasos.
“Ahorita los niños ven muchos albures pero creemos que nuestra comedia es visual y ocurre algo de la nada, nosotros generamos un caos entonces eso nos hace reírnos. No nos reímos de la gente, nos reímos con la gente”, aclaran.
¿Qué edad tienen?
Los payasos no tenemos edad.
¿Y los de la vida real?
¿Quiénes son esos?
En entrevista con EL UNIVERSAL, Joss platica que casi nadie los reconoce en la calle, por lo que pueden llevar una vida normal sin maquillaje.
Los hermanos duranguenses iniciaron recientemente una gira por todo el país los fines de semana que no intervendrá con su trabajo en televisión. Ayer y el sábado se presentaron en el Teatro Blanquita con El show de los Destrampados.