Más Información
UNAM abre nueva etapa con China; se reúnen el rector y el ministro de Educación para profundizar relación universitaria
Claudia Sheinbaum presenta declaración patrimonial; reporta un departamento de 2.7 millones de pesos y un Aveo 2013
Desde box hasta trampolín Fitness; clases masivas como estrategia de Claudia Sheinbaum para incentivar el deporte
Universidad Autónoma de Guerrero entrega doctor Honoris a Rosario Ibarra de la Garza; premio post morten fue recibido por su hija
Claudia Sheinbaum se reúne con familiares de mineros atrapados en El Pinabete y Pasta de Conchos; continúan rescates, asegura
aridiana.banos@eluniversal.com.mx
Medir, ajustar, cortar y volver a probar, es el proceso que las niñas Rubín Legarreta, Mía y Nina tuvieron que pasar esta semana en la primera prueba de vestuario para el musical Anita, la huerfanita.
“Estoy muy emocionada, los vestuarios están muy lindos”, dijo la tímida Nina luciendo una sencillo vestido gris con una batita a cuadros encima, que aún estaban sujetados en la bastilla de su faldón por alfileres.
Mía, quien tiene en total ocho cambios de ropa durante toda la obra, como toda una profesional aguantó las incomodidades que una prenda sin terminar tiene. “Puede que te raspe un poquito, pero lo único que quieren es que te quede perfecta y que sea súper cómoda”, señaló quien protagonizará esta puesta en escena y a la que momentos antes la jefa de vestuario, Violeta Rojas, le pidió que girara, bailara y corriera, para saber si estaba cómoda y lucía bien.
Es que Violeta es una mujer muy detallista en cuanto a su labor se refiere. Montajes como La Bella y la Bestia o Mary Poppins la anteceden, y en nueve meses ha logrado crear diseños de la época de los 30, sin tomar como referencia otro montaje de esta obra.
“El director (Keith Batten) desde el principio tenía muy claro que quería que nos basaramos en el cómic, porque es donde surge Annie, en esta historieta que se publica en el New York Times, que es como muy clásico, quería que regresaramos a eso”, dijo Violeta.
El trabajo que ella y su equipo están realizando es titánico: “En total tenemos 300 cambios de vestuario, pensando en los alternantes, en los swings”.
Es por eso que han tenido que repartir el trabajo entre 10 talleres de costura, dos talleres de zapatería y uno de sombreros, que en promedio tienen unas 12 personas trabajando cada uno, por lo cual la experiencia y la organización ha jugado un papel fundamental.
“Estamos trabajando de lunes a lunes, empezamos por lo general a las 9:00 horas y no tenemos hora de salida”, explicó la vestuarista, sobre lo que están haciendo para llegar a tiempo al estreno este 15 de octubre.
Pese a todo, Mía y Nina ya disfrutan el estar en este musical y esperan con emoción el momento de comenzar a ensayar en el Teatro Insurgentes, lo que sucederá en dos semanas.
“Las dos hacemos lo mejor, aunque no estemos en el mismo equipo”, declaró la nueva Annie.