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Con un recorte del 70% a su presupuesto, el XIII Festival Internacional de Cabaret abrirá sus puertas para albergar a la crítica y el humor con 42 espectáculos (15 de ellos gratuitos) del 13 al 29 de agosto, pero con la misma intención de concienciar a un espectador activo.
De más de tres millones que se obtuvieron el año pasado, ahora será cerca de un millón de pesos el recurso que los llevó a prescindir de ciertos eventos como los que organizaban de manera gratuita junto a las delegaciones, así como el periódico La Vedette Informa o lo que ellos denominaron la “cabaretización”, en donde invitaban a propuestas jóvenes a una semana de talleres y asesorías.
“El trabajo es ir a tocar a las delegaciones y pedirles que se ‘mochen’ para poner la plaza, el escenario y pagar artistas. Este año esa parte era imposible por el cambio administrativo y es una pérdida porque es una forma de acercar a la gente al cabaret que es el espacio idóneo donde debe ocurrir en contacto directo con el pueblo”, expresó Nora Huerta, integrante de Las Reinas Chulas y programadora del festival.
Anteriormente también contaron con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) a pesar que esperaron casi un año para poder cobrar y ahora se suman a la Secretaría de Cultura que les facilitó los Faros como una de sus 8 sedes.
“Este año todos vamos bajo las mismas condiciones esperando que ojalá algún día podamos cobrar. ¿Por qué lo hacemos con recursos federales? porque no hay otra manera, es nuestro derecho”, agregó.
Serán 113 artistas los que acerquen al público con los espectáculos diferenciándose del teatro.
Aquí puedes tener a un actor sin escenografía o vestuario y te puede decir las cosas más maravillosas del mundo; el público pide eso en un punto de reunión de crítica, disidencia y resistencia que involucre el humor”, dijo Marisol Gasé, también de la Compañía Las Reinas Chulas.
Con la idea de generar un público crítico y con shows para todas las edades habrán cuatro países invitados (Chile, Colombia, Argentina y España), que han compartido experiencias históricas con la situación actual del país. “Dictaduras, censura, crisis, corrupción... Existe una necesidad de reírse de lo que duele y eso puede generar un cambio”, explicó Gasé.
En medio de estas problemáticas se dieron cuenta que existe una línea en común como es el placer, que está presente en la mayoría de las presentaciones al hablar del sexo, el cuerpo o la noche. “Si estamos tan rodeados de muerte, violencia, falta de justicia, locura, miedo es curioso que la mayoría de los creadores lo tomen en cuenta como una manera de experimentar y replantearnos el lugar en el mundo”, indicó Huerta.