Tal vez los actores de teatro no pueden vivir de su trabajo ante públicos pequeños y es por ello que muchas veces deben recurrir a este tipo de espacios para evitar el pagar rentas o un porcentaje en taquilla.

"Hay mucha experimentación teatral donde van actores grandes y cuando inicié mi carrera en la Escuela Nacional de Danza había teatros del Seguro Social y hoy están retirando los subsidios, debería existir un departamento de cultura porque la salud de los mexicanos no es sólo que no tengamos gripa, también la cultura", indicó Cynthia Klitbo, quien pidió que se abran espacios como en Bellas Artes que se volvió casi imposible de pisar por los actores y es un sueño que quiere cumplir.

"Es una cuestión de política, yo creo que lo mismo que le pasa al cine y a la televisión, se hacen equipos y es totalmente contraproducente para los artistas de este país, ¿cuánto más vamos a permitir que nos quiten", argumentó la actriz.

Por esta razón es que llevan sus programas a espacios más chicos como lo es El Círculo Teatral. En medio del contexto de la revolución francesa, un triángulo amoroso y escenas eróticas cuidadas estéticamente es que Cynthia Klitbo, Víctor Carpinteiro y Hernán del Riego protagonizan la puesta en escena Caricias Perversas Barroco, bajo la dirección de Marta Luna.

Basada en el escrito realizado por Tomaz Pandur y Darko Lukic, además de las cartas originales, retratará por dos meses desde su estreno el 1 de agosto las relaciones sadomasoquistas entre la Marquesa de Merteuil, el Vizconde de Valmont y Madame de Tourvel.

"Todos hemos vivido alguna relación peligrosa; queremos jugar una apuesta, pero el dolor acaba desgarrando tu corazón y acabas perdiendo. La humanidad es cíclica y cuando te olvidas de una guerra ésta vuelve. así como un rompimiento o una ilusión", expresó Klitbo.

Sus actores son muy intensos, por lo que ambientadas con vestuarios de época y maquillajes exagerados, declara la primera actriz. "Nos conocemos desde hace mucho y aunque no habíamos trabajado somos amigos; empezamos a perdernos el respeto poco a poco porque pensaba 'cómo le voy a meter la mano'. Tenemos que medir porque eso implica un acuerdo y no es fácil por mucho cariño o confianza que exista", dijo Carpinteiro.

Con 65 butacas y el público dividido entre mujeres y hombres sus actores expresan que la sociedad sigue siendo hipócrita y que el tema puede ser muy actual, por lo que por su doble moral la obra sienta muy bien en México. "Todos hacemos pero nadie aceptamos, pero que somos bien calientes lo somos", bromeó Klitbo.

cvtp

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