Hay ciertos gestos de los famosos que marcan la diferencia y Pharrell Williams acaba de demostrar su implicación con sus seguidores. El cantante ha hecho realidad el sueño de Reef Carneson, un niño de ocho años diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda que deseaba acudir a uno de sus conciertos.

El pequeño, que lleva entrando y saliendo del hospital desde que tenía apenas 12 meses de vida, es un gran seguidor del artista y soñaba con conocerle algún día.

El productor de 44 años vio un vídeo de Milk Tyson, una celebridad estadounidense que trabaja para la Fundación Finding A Meaning, en el que le solicitaba al artista una sesión de FaceTime para conocer a su jovencísimo fan. En cuanto el rapero se informó de la petición, invitó al pequeño a disfrutar de uno de sus conciertos. Pero fue más allá y contrató un coche privado para trasladarle de Cincinnati a Filadelfia, ya que su frágil sistema inmune le impide hacer viajes en avión.

Según Milk, los invitados estuvieron alojados en un hotel cinco estrellas, les consiguió entradas y pases para poder estar en el backstage. Una vez allí, Reef y su hermana pudieron estar en el escenario con su ídolo cuando entonó su mayor éxito, "Happy". Todo un detalle que se producía menos de 24 horas después de su participación en el concierto benéfico One Love Manchester organizado por Ariana Grande.

rad

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