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Nuevamente Toño Esquinca cambiará su cabina de radio por el escenario del Auditorio Nacional, cuando hoy se convierta en el narrador del espectáculo Allegro Sinfónico de la Orquesta Sinfónica de Minería, con el que la familia podrá tener un acercamiento divertido y atractivo a la música clásica.

“Soy el interlocutor entre la gente que viene a querer aprender, a acercarse y que trajo a sus hijos, pero yo también estoy de ese lado, soy quien se encargará de preguntar al director qué son los alientos, las cuerdas, entre otras cosas. Creo que es una labor que se debe de continuar para todos los niños y jóvenes del país”, dijo Esquinca.

A finales de mayo se presentó en el mismo escenario la primera parte de Allegro Sinfónico, y él conductor del programa Toño Esquinca y la muchedumbre compartió que pudo ver que los niños sí se sienten conectados con esta música, incluso algunos trataban de imitar los movimientos con que el director dirigía la orquesta.

En esta ocasión quien estará al frente de la Orquesta Sinfónica de Minería, es el director Carlos Miguel Prieto. “Se trata de un concierto que no forma parte de nuestra temporada, pero que hacemos con mucho esfuerzo y con gran gusto. La música que tocaremos funciona muy bien en el espacio, ‘Aprendiz de brujo’ de Paul Dukas, es una obra que utilizó Walt Disney para presentar a Mickey Mouse en 1940, mucha gente la asocia con la película Fantasía porque fue parte del soundtrack, y tiene gran efectividad entre el público joven; después tocaremos ‘Bolero de Ravel’, una pieza muy conocida y brillante”.

El concertador añadió que el objetivo del programa es que el público conozca a la Sinfónica de Minería. “Los niños son nobles y directos en sus reacciones, pero en este concierto tocamos para todos y por eso elegimos un programa atractivo. Por ejemplo, ‘Pedro y el lobo’ de Prokófiev es sofisticada, el compositor resuelve de maneras interesantes darle voz y carácter a los animales con los instrumentos. Mientras que en ‘Bolero’ podremos escuchar un solo de fagot, de clarinete, de trompetas y trombones”.

Además, reconoció que las dimensiones del recinto y la sonorización exigen mayor concentración de los músicos. “Es más difícil trabajar en esta sala porque exige retos técnicos que van más allá de lo que hacemos”, dijo.

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