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La rechifla ya había empezado, cuando las luces se apagaron y entonces los gritos de emoción se hicieron presentes para darle la bienvenida a Sting e hicieron olvidar el retraso de casi una hora del cantante (ya que tuvo dos teloneros).
El músico apareció sencillo, sin un atuendo especial y con su bajo en las manos el inglés decidió abrir con un par de temas de su pasado.
"Sinchronicity II" y "Spirits in the material world" fueron los temas que comenzaron con las complacencias del público en el Auditorio Nacional.
Haciendo gala de su español y tras cuatro canciones ininterrumpidas el cantante dijo sentirse honrado por estar en la Ciudad de México.
Acompañado de sus tres músicos, su hijo Joe Sumner y los integrantes de la banda The Last Bandoleros.
La voz de Sting recorrió todo el recinto y los aplausos no fueron escasos, el público, en su diversidad, se dejo llevar por los recuerdos y por la emoción de canciones como
"Englishman in New York" y "I can't stop thinking about you".
Al final del concierto y para interpretar "Fragile" cambió su azul por una blanca con los rostros 43 normalistas de Ayotzinapa.
Así fue como el cantante hizo un guiño a su público mexicano y a las 10 mil personas que llenaron el recinto capitalino.