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christian.leon@eluniversal.com.mx
Incluyente. Esa es la palabra que podría definir al Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino que en su edición XVIII apeló a la integración musical y a la diversificación de su público.
Aunque en 1998 el Vive nació con la consigna de darle voz y escenario a la escena roquera de México, conforme han pasado los años el encuentro musical se ha abierto a nuevas propuestas sonoras y a un público que no necesariamente fue para el que se creó.
Desde temprana hora retumbaban en cada uno de los rincones del Autódromo Hermanos Rodríguez propuestas tan diversas como el reggae (Antodoping, Dread Mar-I), el rock urbano (Liran’ Roll), el death metal (Brujería), el punk (Attaque 77, Seis pistos) y el pop (Mon Laferte, Hombres G y Julieta Venegas). Y a cada uno de ellos los escuchaban personas tan disímiles ente sí que entre ellos sólo se podía identificar una consigna: disfrutar de la mejor música de Latinoamérica.
Eso hacía que por cada lugar del autódromo se viera por igual a personas con chamarras de cuero, playeras rasgadas o flores en la cabeza e incluso algunos otros, con niños en cangureras.
Este año, tres públicos en particular tuvieron una mayor acogida y por consiguiente una mayor presencia en comparación con ediciones anteriores: los discapacitados, los amantes de la música popular y, por supuesto, los niños.
Es quizá este último grupo por el que el festival apostó más este año. Aunque desde ediciones anteriores, el Vive apelaba a ser un encuentro musical familiar y no sólo adolescente, a partir de esta edición la atención hacia los más pequeños fue todavía más latente.
Este año el festival creo un parque diseñado para que los niños se divirtieran mientras sus padres, aquellos que eran adolescentes en sus primeras ediciones y ahora son padres de familia pudieran disfrutar de sus grupos musicales preferidos.
Este fenómeno transgeneracional se hizo patente en presentaciones como el de Hombres G. “Gracias por ser maravillosos, no la hemos pasado de pu... madre”, dijeron los músicos españoles al final de su presentación en el Vive Latino 2017.
La banda hizo un recorrido por los éxitos de su carrera e iniciaron la presentación con el tema “Voy a pasármelo bien”. Comentaron que México es su segunda casa y mostraron toda su intención de pasarla bien y hacer recordar a su público canciones como “El ataque de las chicas cocodrilo”, “Si no te tengo a ti”, “Un par de palabras” y “Lo Noto”.
Uno de los momentos más románticos llegó con su tema clásico “Te quiero”, que fue dedicado a “las preciosas chicas chilangas”.
Otra banda que reunió a varias generaciones (padres e hijos) en un mismo espacio fue “Enanitos Verdes, que tocó sus temas clásicos.
Cerraron su participación con el tema “Lamento boliviano”, poco después de haber interpretado su versión de “Tu cárcel”. “Guitarras blancas” también sonó hacia el final de su presentación.