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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Las cabezas se movieron de un lado a otro. No importaba edad o creencias, cada asistente al Electric Daisy Carnival gozó durante horas.
La electrónica y sus géneros no tuvieron límite en una noche con decenas de propuestas.
En el escenario neonGARDEN la oscuridad y las luces hacían olvidar todo para convertirlo en una fiesta nocturna. El dúo CamelPhat se llevó aplausos y los chiflidos.
Al mismo tiempo pero en el kineticFIELD se presentaba su compatriota Jonas Blue.
El poder de las mujeres estuvo representado por Alison Wonderland. La DJ de Sydney incluyó en su set canciones de Nirvana, prendiendo fuego a la audiencia y al escenario.
Las opciones y los gustos eran para todos, ya que de pronto se cruzaba el llamado boomboxARTCAR, un pequeño móvil con forma de bocina que movía a los DJ, en este caso a Kepler, que lograba que al menos una decena lo siguiera aplaudiendo incitado por él y por las chicas que estaban arriba del transporte.
En el neonGARDEN, el productor Paul Woolford llenó de azul su carpa.
Al ritmo de “¡Viva México!”, Eduardo Rossell se despidió del escenario Dosequis. Le siguieron Moose & Bear que mezclando lo latino con las computadoras, y agrupaciones como Gorillaz hicieron despegar los pies del suelo (hasta dejar unas partes de la manta negra instalada en sólo tierra), a los que decidieron verlos.