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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
No es fácil llegar al Palacio de Bellas Artes, pero David Garrett lo hará por cinco ocasiones. El violinista alemán, dice, no puede más que sentirse honrado y sabe la relevancia que tiene el recinto no solamente por quienes se presentan ahí sino por quienes se han despedido con largos homenajes.
“Creo que es uno de los lugares en el mundo que tiene algo único, es hermoso y tiene muchísima historia, es uno de los recintos en México que es extremadamente tradicional y famoso, extremadamente hermoso y con un gran sonido”, dice Garrett.
"Para mí es un privilegio y, por supuesto, un gran honor tocar ahí por primera vez en mi vida".
Acompañado por Julien Quentin al piano, interpretará un repertorio clásico con obras de César Franck, Henryk Wieniawski, Pablo de Sarasate y Fritz Kreisler. Los días elegidos son el 7, 8, 10, 11 y 13 de febrero.
“Estoy en un momento de mi vida con mucha suerte. Dado que soy un músico clásico más que nada; este lugar de encuentro es perfecto para un recital así”, explica ante las dudas que ha generado su presentación ya que en años anteriores, en sus visitas a México ha presentado en el Auditorio Nacional un repertorio basado en reinterpretaciones de canciones pop.
“Claro que también disfruto tocar en salas más grandes con mi música de crossover, pero estoy muy cómodo y familiarizado con lo clásico ya que comencé a dar conciertos cuando tenía siete u ocho años en grandes escenarios, me siento muy cómodo con el repertorio”, asegura.
El también modelo sabe que México es un lugar en donde no tiene que luchar para que su música guste, ya que eso sucede de manera natural.
La retroalimentación que siempre recibe de su público lo motiva a dar una mayor energía.
“Me divierto mucho con las audiencias porque hay algo muy especial con la gente escuchando y viviendo la música; puedo escucharlo y sentirlo en los shows que he tenido en el pasado en la Ciudad de México.
“La gente no retiene sus emociones sino que se divierte, se levanta de sus asientos y tienen alegría, eso es algo que no he experimentado en ningún otro lugar de una manera tan extrema como en México”.
Violinista longevo. El músico de 36 años se ve tocando por mucho tiempo más, si la salud se lo permite.
La pasión que lo une con su instrumento lo ha hecho experimentar nuevos sonidos, así que mantiene la ilusión se seguir creando álbumes, conceptos y cada vez mejores interpretaciones.
En 2008 se convirtió en el violinista más rápido del mundo reconocido con el récord Guinness, pero Garrett piensa en evolucionar y no conformarse con tener esa marca.
“Quiero ser mejor artista y nunca perder mi camino”, expresa. “Si puedo lograr el poder mantener esta búsqueda constante de algo emocionante y nuevo, y tengo la motivación interna para hacerlo, entonces estaré muy positivo sobre lo que pase en el futuro. Sólo debo continuar lo que he venido haciendo por los últimos 20 años y espero que no haya planes de no hacerlo”.
Se dice estructurado en lo que se refiere a su vida y los planes, por lo que ya tiene en agenda lo que será su vida los siguientes dos años. Sin embargo, en cuanto a proyectos no está seguro ya que está en la búsqueda de las ideas adecuadas para tomar las mejores decisiones sobre qué hacer y los instrumentos con los cuales trabajará.
De lo que se enorgullece es del sentido de humildad que le nace al conocer personas, especialmente niños en situaciones difíciles.
En los últimos años, David se ha involucrado con fundaciones que ayudan a enfermos terminales.
“Es importante hacer cosas que puedan ayudar a otras personas, es una cosa hermosa. Estoy en una posición muy afortunada: primero que nada, al poder ser un músico y la música ayuda a elevar el espíritu de las personas, así que en realidad puedo hacer algo positivo y no sólo tocar en conciertos para quienes quieren comprar un boleto y verme, sino además hacer eso por otros que tal vez no tienen la posibilidad de acudir a un show. Para mí, es algo que me mantiene humilde.
“En segundo lugar es algo necesario que tiene que hacerse. Estoy muy feliz de que muchos de mis colegas hagan lo mismo porque es importante”.
Garrett es cercano a las redes sociales, por lo que en cada oportunidad comparte pensamientos, fotografías y parte de su día a día.
Algunos de ellos, con los que no está de acuerdo como las injusticias con el reciente atentado en Berlín.
“Es muy difícil hacer algo al respecto, no soy un político y mi opinión no es tan relevante, estoy muy feliz de que así sea porque ni quisiera sabría por dónde empezar. Claro que veo las cosas horribles que suceden, no estoy únicamente sentado en la habitación donde practico, no estoy solamente trabajando en la música todo el día. La vida alrededor claro que también me afecta y es algo muy importante.
“Lo que en realidad quiero hacer es ser un algo esperanzador. Al final no hay mucho que puedas hacer más que seguir avanzando e intentar cambiar a la gente y hacerle creer en lo positivo, trato de crear algo de positivismo en situaciones tan difíciles”.