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janet.merida@eluniversal.com.mx
”¿Ustedes actúan?”, preguntó uno de los niños del Instituto PACO a Mauri Stern, integrante de Magneto, mientras éste le firmaba la playera en la espalda. “Somos un grupo”, respondió.
La banda acudió junto con un integrante de Mercurio al instituto que se dedica a dar hogar y estudio a niños cuyas familias no pueden mantenerlos o que enfrentan procesos legales.
“¿Se llama el grupo así, Magneto?” , insistió mientras Mauri ya firmaba otra playera. “Somos un grupo, somos cinco”, dijo ya en un tono más serio el cantante. “Tengo esa de ‘Vuela vuela’ en una USB”, respondió finalmente su interlocutor de no más de 13 años.
Casi una hora antes, los integrantes de estas bandas —que este año ofrecieron 30 shows durante su gira— llegaron al lugar ubicado cerca del metro Flores Magón en la colonia Revolución con cuatro bolsas, dos de ellas tenían pelotas de plástico, otra aros y juguetes de este material que llevaron como donación al lugar.
Los artistas comentaron que esto ha sido parte de una campaña creada de la mano de sus fans, quienes contribuyen con juguetes que ellos entregan a instituciones como esta.
Como parte de la visita recorrieron las distintas aulas en las que los cerca de 50 niños (que van desde los tres hasta los 18 años) toman clases de manualidades, regularización, computación y cocina, entre otras.
Las maestras, que sí los conocían, les explicaban las actividades que realizan con ellos y al final pedían, emocionadas, fotos con los integrantes. En un aula incluso, una maestra puso un video de uno de ellos. Los niños, curiosos, los veían y se iban a jugar, luego volvían y al final varios pidieron que sus playeras o sudaderas fueran firmadas, pese a que no sabían muy bien quiénes eran.
En una de las aulas, los cantantes se sentaron junto a un pequeñito que se había quedado dormido tomando clase y lo imitaron, también jugaron un poco con las pelotas de colores que llevaron como donativo y ante la insistencia de las emocionadas señoras que se encontraban en el lugar, accedieron a cantar un poco.
“¡Bailen por favor!”, gritó alguien más pero a ésta petición los ídolos no hicieron caso.
Antes de irse, se tomaron fotos con los niños y los niños, a su vez, sostenían la pancarta de su club oficial de fans.
Alberto, Arturo, José y Omar, eran tan sólo algunos de los niños que estaban en el lugar esa tarde, varios, dicen, tienen el sueño de ser fubolistas; otro más, con harina en la oreja (acababa de estar en panadería) bromeó diciendo que lo que quería ser de grande era adulto y después, viejito. En realidad no quiso decir porqué. ¿Qué tal si me muero antes de tiempo?